La
vitamina D es un compuesto liposoluble que producimos a nivel de
nuestra piel gracias a la acción de los rayos UV solares y que tiene
acción directa sobre la absorción intestinal de calcio. Se estima que
aproximadamente un 40% de la población adulta presenta cifras bajas de
vitamina D que, aunque generalmente son subclínicas, podrían contribuir a
estados de deficiente densidad ósea con el consecuente aumento de
fracturas. El estado de hipovitaminosis D severo es una de las
principales causas de osteomalacia; a pesar de que ésta es poco
prevalente en nuestro medio, debemos saber sospecharla en pacientes de
riesgo.
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