miércoles, 30 de marzo de 2022

Clin Med (Lond). Derrame pleural unilateral. Revisión del tema a partir de un caso clínico.

https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34862213/

Resumen

La investigación de un derrame pleural unilateral es un escenario clínico común al que se enfrentan tanto los médicos generales como los neumólogos. Con la elevada prevalencia de los derrames pleurales malignos asociados al cáncer de pulmón y otras neoplasias en estadio avanzado, es cada vez más importante realizar los estudios correctos y de mayor utilidad.

Esto es particularmente importante en relación a los avances en terapia oncológica, por lo cual, el diagnóstico basado únicamente en la citología pleural puede ser insuficiente, y la histología pleural complementaria puede proporcionar información adicional (incluido el análisis molecular) para guiar el tratamiento.

Como ocurre con muchos aspectos de la atención médica moderna, la investigación y el manejo de los pacientes con derrames pleurales es cada vez más manejado de forma ambulatoria. Con la adopción de servicios de emergencia en el mismo día y clínicas pleurales en muchos hospitales, esto proporciona a los pacientes una atención optimizada, eficiente y eficaz.

Esto ha sido particularmente relevante durante la pandemia de COVID-19 y reduce el costo y el riesgo de infección asociada al hospital paciente. Esto, junto con los dispositivos (como el CPP) que han sido diseñados específicamente para pacientes que desean permanecer en su hogar, ha permitido la aparición de un enfoque moderno de la medicina.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Sesiones de San Blas. Monitorización Presión Arterial MAPA.

En la Sesión de 2017 Sergio (R4-MFyC) nos presento la posibilidad de realizar la Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA) en Atención Primaria. El objetivo era presentar el circuito para la realización de esta técnica.
En la sesión de hoy, vamos a repasar las indicaciones más importantes y su técnica de manos de Javier y Ana .

Doc 41. Qué hacer y no hacer en el abordaje de la hipertensión arterial 

SMI Hosp de León. Sesión bibliográfica: guía SEC de prevención cardiovascular y manejo del hiperaldosteronismo primario.

https://www.icscyl.com/mileon/

Presentada por la Dra. Muinelo, repasó en detalle la guía de la Sociedad Europea de Cardiología sobre prevención de enfermedad cardiovascular en la práctica clínica. Además se comentó también el manejo del hiperaldosteronismo a propósito de la actualización de guías clínica, así como el manejo y protocolo técnico dentro de nuestro hospital. Su presentación se encuentra disponible a continuación.


martes, 22 de marzo de 2022

GC Varela. La incomprensible fragmentación de los servicios a domicilio.

A los pacientes, cuando ingresan en un hospital, se les asignan unos referentes (médicos, médicas o enfermeras), que coordinan un montón de acciones diagnósticas y terapéuticas y saben que, al menos durante unos días, alguien se encargará de que todo vaya encadenado. Ahora bien, si pensamos en los diversos servicios que los pacientes crónicos complejos pueden necesitar en su domicilio, no vemos por ninguna parte la figura del referente, y los profesionales que aparecen por casa, por atentos que sean, sólo pueden ejercer competencias limitadas a las prestaciones específicas que ofrecen, pero no están autorizados a incidir en las demás.

Continua leyendo......

lunes, 21 de marzo de 2022

(CMAJ) Suplemento de vit D. Revisión.

PUNTOS CLAVE

El reemplazo típico de vitamina D requiere al menos 2000 UI/día, y algunos autores recomiendan 5000 UI/día. Las fuentes alimenticias más ricas en vitamina D, consumidas en porciones manejables, proporcionan solo un pequeño porcentaje de la ingesta diaria recomendada de 800 UI. Varios mecanismos contribuyen a la capacidad de la vitamina D3 para alcanzar y mantener las concentraciones séricas deseadas de 25(OH)D de manera más eficiente que la vitamina D2, incluido que la vitamina D2 tiene una menor afinidad por la proteína de unión a D y la D 25-hidroxilasa convierte la D en 25( OH)D3 sustancialmente más rápido.

Docencia Rafalafena. ¿Una pandemia de sarna?.

Está empezando a hablarse de una sindemia de escabiosis, es decir, una pandemia que coexiste con otra pandemia, y es que , parece ser que el confinamiento por la COVID- 19 ha hecho aflorar a este temido ácaro, por lo que estamos apreciando un aumento de casos en las consultas. No obstante este aumento de la incidencia es difícil de cuantificar puesto que la sarna no es una enfermedad de declaración obligatoria. Otro de los motivos que complica conocer la incidencia real de la enfermedad es la falta de un método diagnóstico estandarizado.

En la sesión web de hoy tratamos también la utilidad del dermatoscopio para el diagnóstico de la escabiosis en nuestras consultas y su tratamiento, aprovechando la última publicación del blog del Grup del Medicament de la SoVaMFiC.

A pesar de no ser una EDO sí debemos declarar los brotes que detectemos. Puesto que se trata de una enfermedad extremadamente contagiosa, es muy importante realizar una búsqueda activa de casos y tratarlos para cortar la cadena de contagios.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Diabetes Práctica. La inercia terapéutica en consulta: ¿qué puedo hacer?.

RESUMEN 

La inercia terapéutica o inercia clínica se define como la ausencia de inicio o intensificación de tratamiento cuando está indicado. Este concepto se describió inicialmente para patologías crónicas asintomáticas como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), la hipertensión y la dislipemia. Muchas personas con DM2 no logran el control glucémico adecuado cuando comienzan ni reciben la intensificación precisa del tratamiento para evitar complicaciones que impactarán negativamente en su pronóstico. Esto hace que vivan con un control insuficiente de su enfermedad durante muchos años con consecuencias dramáticas tanto para el paciente (en términos de calidad de vida, morbilidad y mortalidad) como para el sistema de salud (en relación con el gasto sanitario). Para evitar o disminuir los efectos nocivos de la inercia terapéutica habría que: • Adoptar un modelo de atención centrado en la persona, que tenga en cuenta las complejas consideraciones que influyen en las decisiones de tratamiento. • Mejorar la educación en cuanto a la concienciación del paciente sobre la naturaleza progresiva de la DM2. • Revisar regularmente el tratamiento con intensificación cuando sea necesario.

http://www.diabetespractica.com/public/numeros/articulo/613

lunes, 14 de marzo de 2022

(BMJ) Alternativas a la profilaxis antibiótica en mujeres con ITU recurrentes. ECA abierto.

https://www.bmj.com/content/376/bmj-2021-0068229

Objetivo Probar y comparar la eficacia del hipurato de metenamina para la prevención de infecciones recurrentes del tracto urinario con la profilaxis estándar actual de antibióticos en dosis bajas diarias.

Diseño Ensayo multicéntrico, abierto, aleatorizado, de no inferioridad. Estableciendo ocho centros en el Reino Unido, reclutando desde junio de 2016 hasta junio de 2018. Participantes Mujeres ≥18 años con infecciones urinarias recurrentes que requerían tratamiento profiláctico. Intervenciones Asignación aleatoria (1:1, utilizando bloques permutados de longitud variable a través de un sistema basado en la web) para recibir profilaxis antibiótica o hipurato de metenamina durante 12 meses. No se ocultó la asignación al tratamiento y se permitió el cruce entre los brazos. Medida de resultado principal Diferencia absoluta en la incidencia de infecciones urinarias sintomáticas tratadas con antibióticos durante el tratamiento. Un grupo de participación de pacientes y público predefinió el margen de no inferioridad como un episodio de infección del tracto urinario por persona al año. Los análisis realizados en una población por intención de tratar modificada incluyeron a todos los participantes observados durante al menos seis meses. Resultados Los participantes fueron asignados aleatoriamente a profilaxis antibiótica (n=120) o hipurato de metenamina (n=120). El análisis por intención de tratar modificado comprendió a 205 (85 %) participantes (antibióticos, n = 102 (85 %); hipurato de metenamina, n = 103 (86 %)). La incidencia de infecciones del tracto urinario tratadas con antibióticos durante el período de tratamiento de 12 meses fue de 0,89 episodios por persona año (intervalo de confianza del 95 %: 0,65 a 1,12) en el grupo de antibióticos y de 1,38 (1,05 a 1,72) en el grupo de hipurato de metenamina, con una diferencia absoluta de 0,49 (intervalo de confianza del 90%: 0,15 a 0,84) que confirma la no inferioridad. 34/142 (24 %) en el grupo de antibióticos y 35/127 (28 %) en el grupo de metenamina informaron reacciones adversas y la mayoría de las reacciones fueron leves. Conclusión El tratamiento profiláctico no antibiótico con hipurato de metenamina podría ser apropiado para mujeres con antecedentes de episodios recurrentes de infecciones del tracto urinario, informadas por las preferencias de las pacientes y las iniciativas de administración de antibióticos, dada la demostración de no inferioridad a la profilaxis antibiótica diaria observada en este ensayo.


redGDPS. Guía de Práctica Clínica del manejo de la glucemia en el paciente con enfermedad renal diabética.

http://redgedaps.blogspot.com/2022/03/guia-de-practica-clinica-del-manejo-de.html

Se trata de una Guía de Práctica Clínica (GPC) muy interesante que recoge lo publicado hasta la fecha y nos informa y recomienda sobre si lo que utiliza el paciente para el control de su glucemia es pertinente y seguro para su riñón y su situación metabólica general;  y si lo que pensamos prescribir es lo más conveniente según las características nefrológicas del paciente. ¿Es seguro en términos de daño renal, cardiovascular (CV) o metabólico? ¿es igual de efectivo para su nefropatía que para su control metabólico, que obligue a otra medicación suplementaria?. Un tema en evolución sobre el que no se ha dicho aún la última palabra.

Se trataría de una actualización de la revisión sistemática de la literatura que se hizo para la GPC del 2019 utilizando fuentes de búsqueda bibliográfica como la Cochrane Library,

PubMed/MEDLINE, Google Scholar y  Embase entre octubre del 2013 y diciembre del 2016 con una revisión adicional hasta junio del 2020 (con lo que puede haber algún estudio no contemplado).
Contemplaría, 

**¿Cuales son los objetivos glucémicos para la prevención y manejo de la enfermedad renal diabética -ERD-?
Lo primero que comentan es que los estudios sobre el control glucémico  no siempre son extrapolables a la vida real y el control de la enfermedad renal diabética (ERD) tiene otros componentes íntimamente relacionados como son el control de la hipertensión arterial (HTA) y de los lípidos que no pueden olvidarse. 

Lo segundo, es que las evidencias según los estudios publicados están separadas según el tipo de DM, sea tipo 1 (DM1) o tipo 2 (DM2) que traducen riesgos distintos (hipoglucemias) según el tipo de fármacos utilizados.

Lo tercero, es que aún existiendo diferentes objetivos según las características del paciente, la ERD condiciona factores (uremia, anemia, acidosis…) que influyen en la interpretación de los valores de la HbA1c, de la fructosamina...que hay que tener en cuenta en cada caso. Lo que nos lleva a que el autocontrol mediante tiras reactivas o los sistemas de monitorización continua (SMC) tipo flash pudieran ser necesarios.

Y cuarto, que el deterioro de la función renal en la ERD con el tiempo obliga a monitorización al tiempo que a cambios en los objetivos glucémicos, los fármacos y sus dosis. Siendo la ERD un factor que incrementa el riesgo de hipoglucemia que aumenta a medida que el filtrado glomerular estimado (FGe) se reduce.

**En la DM1 no podemos sustraernos de los resultados del Diabetes Control and Complications Trial/Epidemiology of Diabetes Interventions and Complications (DCCT/EDIC) en adolescentes con DM1 seguidos 6,5 años en dos brazos (brazo intensivo HbA1c 6 a 7,2%). Mostrando una reducción de la microalbuminuria. Seguimiento posterior hasta las 18 años tras su finalización (HbA1c media de 8%) demostró que las reducciones se mantenían al tiempo que había una menor progresion de la ERD al estadio 3 (FGe inferior a 60 ml/min/1,73 m²) y de la HTA que el grupo control. Aunque no influyó en la mortalidad por cualquier causa (MCC):

De modo que sería recomendable para evitar la progresión de la ERD en personas jóvenes mantener objetivos de HbA1c entre 6,5-7,5% al menos los primeros 10 años y tras ello inferior al 7,9%.  
Sería interesante utilizar sistemas de SMG al tiempo que la HbA1c a los efectos de reducir el riesgo de hipoglucemia. 

**El paciente con DM2 joven los objetivos por debajo de los 40 años serían los mismos que aquellos con DM1, y de la misma manera que en el DM1  joven, diversos metaanálisis muestran que el tratamiento intensivo con objetivos (HbA1c 6,1-7,1) reducen la incidencia de microalbuminuria pero no tendría impacto significativo en la evolución clínica de los objetivos renales, sea FGe, o progresión a ERD terminal o fallecimiento por enfermedad renal.

**En pacientes con DM2 con ERD los objetivos deben individualizarse y se basan en la opinión de expertos  (ver tabla 1); coincidiendo que lo más prudente es mantener una HbA1c de alrededor de 7,5% si utilizan insulina (INS) y de 8,4% en pacientes ancianos con una ERD avanzada (estadio 4º o superior). Hacen énfasis en el riesgo de hipoglucemia sobre todo en aquellos tratados con INS, sulfonilureas (SU) o glinidas (GLI).
Las evidencias actuales no permiten recomendar alcanzar valores de HbA1c en DM2 y ERD inferiores a 6,9%  mediante la medicación.

**Un tema que preocupa en la GPC es determinar ¿qué dosis de fármacos hemos de utilizar según la función renal  (FGe) en el paciente con DM2 y ERD?. En este sentido recomiendan utilizar la ecuación de la  Chronic Kidney Disease Epidemiology Collaboration (CKD-EPI) que la consideran la más fiable para determinar las dosis de los fármacos, aunque advierten que tiene importantes limitaciones, que muchas veces no tenemos en cuenta.

En pacientes con ERD avanzada o con una progresión rápida de su enfermedad (FGe inferior de 45  ml/min/1,73 m²) se debe monitorizar la HbA1c y la función renal con más frecuencia (Grado 1B)
La utilización de insulina (INS) en aquellos casos en que dada la evolución de la DM2 y de la ERD haga que la metformina (MET) o otros fármacos orales (ADNI) deban retirarse habrá que tener en cuenta que los requerimientos de ésta se reducen a medida que el FGe cae, sugiriendo hasta un 30% de reducción de las necesidades de INS por debajo de 60 ml/min/1,73 m². 

**En este sentido en preveción de hipoglucemias nocturnas sea necesario utilizar análogos de INS retardados (aINS glargina 300, degludec 100) aunque las evidencias son limitadas.

En estadios 4º y 5º o predialisis caen los requerimientos aumentando el riesgo de hipoglucemia llegando al punto de su suspensión y cambio por ADNI. Según apuntan se precisaría reducir hasta en un 75% de las dosis diarias cuando el FGe se encuentra entre 50-10 ml/min/1,73 m².
En estadios 3b o inferiores con HbA1c de 7,5% o inferiores se debería reducir las dosis de INS (Grado 1C).

**En cuanto a las SU son pocos los ECA que las estudian en la ERD; pero se admiten que en dicha situación se incrementa el riesgo de hipoglucemias lo que obliga a un autocontrol por parte del paciente y su suspensión si el FGe es inferior a 30 ml/min/1,73 m².

**En cuanto a la MET se debe reducir su dosis si el FGe es inferior a a 45 ml/min/1,73 m²  (grado 1B) y suspender si es inferior a 30 ml/min/1,73 m² o en situaciones de hipoxia tisular, sean deshidratación, infección sistémica, insuficiencia cardíaca (IC) descompensada, ..(grado 1B)

En general las evidencias apoyan la utilización de la MET en ERD en estado 3º.

**En cuanto a los inhibidores de la Dipeptidyl peptidase-4 (iDPP4) se admite que tienen un bajo riesgo de hipoglucemias en la ERD con buena tolerancia y seguridad, por lo que pueden utilizarse en todos los estadios (grado 1B), aunque ajustando dosis al FGe  excepto en la linagliptina (grado 1B).

**En cuanto a la pioglitazona puede utilizarse en FGe de inferiores a 30 ml/min/1,73 m², aunque debe evitarse si existe riesgo de edema o IC.

**Los inhibidores de los cotransportadores de la bomba de sodio-glucosa 2, son capítulo aparte, como hemos comentado repetidamente en este blog, pues influyen no solo en la glucemia, si no en el riesgo cardiovascular (RCV) y en la hospitalización por IC (HIC), y en el caso que nos ocupa tienen beneficioso en la ERD en sus estadios más tempranos, como han mostrado diversos metaanálisis al respecto. Beneficios en los objetivos renales (diálisis, muerte por causa renal..) independientemente de la albuminuria basal, del FGe, de la HbA1c e independientemente de su efecto sobre la glucemia y de la utilización concomitante de bloqueadores del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAS).
Se comentan las primeras evidencias del the Empagliflozin Cardiovascular Outcome Event Trial in Type 2 Diabetes Mellitus Patients–Removing Excess Glucose (EMPA-REG) OUTCOME, ya comentado, y de otros iSGLT2, distinguiendo a la ertugliflozina como que hasta el momento no ha demostrado una redución significativa en los objetivos cardio-renales.

Se distingue al ya comentado  Canagliflozin and Renal Events in Diabetes with Established Nephropathy Clinical Evaluation (CREDENCE) como el primer ECA especifico en población con FGe entre 30-90 ml/min/1,73 m² y ratio albumina/creatinina entre 33,9-565 mg/nmol,  en la evaluación de los objetivos renales. Y el ya conocido como Dapagliflozin and Prevention of Adverse Outcomes in Chronic Kidney Disease (DAPA-CKD) con dapagliflozina en personas con ERC (con o sin DM).
Dejan claro que los efectos CV y renales de los  iSGLT2 son independientes de la HbA1c en personas con DM2 con FGe superior a 45 ml/min/1,73 m².

Que por debajo de este nivel de FGe la acción de los iSGLT2 sobre la HbA1c no es apreciable, de ahí que si el objetivo sea reducir ésta se precise añadir otros ADNI o INS para llegar al buen control.

En general recomiendan utilizar los iSGLT2 en individuos con DM2 y ERD con superior a 30 ml/min/1,73 m² independientemente del control glucémico, aunque existan moléculas que su uso actualmente siga siendo “off-licence”.
En el caso de albuminuria establecida, la canagliflozina 100 mg al día tiene evidencias en la renoprotección en  la ERD, y la dapagliflozina 10 mg puede iniciarse por debajo de 15 ml/min/1,73 m² independientemente del nivel de albuminuria (grado 1A ).

**En cuanto a los análogo de los agonistas de los receptores glucagon-like peptide-1 (aGLP1), los metaanálisis de ECA hasta el momento (se esperan resultados en el 2024) permiten mostrar que éstos son útiles sobre el RCV (liraglutide, semaglutide y dulaglutide), pero no se han publicado estudios focalizados en los resultados renales hasta el momento, aunque sí se conocen datos sobre su seguridad renal según diversos estudios secundarios (REWIND) y resultados exploratorios (SUSTAIN 6). De ahí que dado sus efectos gastrointestinales (GI) deban utilizarse con precaución dado el riesgo infrecuente de insuficiencia renal aguda (IRA) y nefrotoxicidad, sobre todo si existe una enfermedad intercurrente, que deberían interrumpirse temporalmente.

En el caso del semaglutide no se requiere ajuste de dosis en la ERD siempre y cuando el FGe este por encima de 15 ml/min/1,73 m² (por debajo de este valor faltan datos).

En general en personas con ERD el tratamiento con aGLP-1 precisaría un autocontrol periódico sobre todo si se asocian a fármacos como SU o INS (grado 1ª)
No tiene ningún sentido la combinación de los aGLP-1 con los iDPP-4 (grado 1C)

Janaka Karalliedde, Peter Winocour, Tahseen A Chowdhury, Parijat De, Andrew H Frankel, Rosa M Montero, et al. Clinical practice guidelines for management of hyperglycaemia in adults with diabetic kidney disease. Diabet Med . 2022 Jan 26;e14769. doi: 10.1111/dme.14769. Online ahead of print. PMID: 35080257 DOI: 10.1111/dme.14769


viernes, 11 de marzo de 2022

Medicina y melodía. Exploración otológica.

https://medymel.blogspot.com/2022/03/exploracion-otologica.html

La exploración física otológica sigue un orden como cualquier otro sistema o aparato del cuerpo humano. Se realiza mediante inspección y palpación de la oreja y endoscopia del oído (otoscopia), que permite visualizar el oído externo y la membrana timpánica o tímpano; para la otoscopia se utiliza un otoscopio [v. 3]. Por supuesto, no hay que olvidar la anamnesis previa. El examen detenido nos hará descubrir anormalidades anatómicas o cualquier patología ótica, como obstrucciones o infecciones (otitis). Por otra parte, la función auditiva se explora mediante diapasones (acumetría): prueba de Rinne y prueba de Weber [v. 4]; la acumetría nos permite detectar el tipo de hipoacusia o sordera.



















Enlaces relacionados

miércoles, 9 de marzo de 2022

CAMJ. Síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).

https://www.cmaj.ca/content/cmaj/193/21/e761.full.pdf

El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) resulta en el aumento de la permeabilidad capilar alveolar y el desarrollo de edema pulmonar no hidrostático. Clínicamente, el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) se manifiesta como una marcada hipoxemia y dificultad respiratoria.

A menudo, los pacientes progresan a insuficiencia respiratoria que requiere ventilación mecánica (VM) invasiva en la unidad de cuidados intensivos (UCI), con un riesgo de muerte elevado.

El SDRA puede estar causado por diversas afecciones, como la neumonía, la sepsis extrapulmonar o el shock séptico, el trauma y la pancreatitis.

A pesar de las pautas de consenso sobre el manejo del SDRA, sigue habiendo una gran variación en el manejo a nivel mundial y persistencia de lagunas en la evidencia, incluso en el contexto del SDRA asociado a COVID-19.

Conclusión

  • El SDRA provoca insuficiencia respiratoria, siendo sus causas más comunes la neumonía, la sepsis, el trauma o la aspiración. A mayor hipoxemia mayor es la gravedad y el riesgo de mortalidad.
     
  • El manejo del SDRA está centrado principalmente en el tratamiento de sostén, la ventilación protectora pulmonar y la minimización de las formas iatrogénicas de lesión pulmonar, siendo el soporte vital extracorpóreo una opción para los pacientes que continúan deteriorándose a pesar del uso de las terapias de apoyo.
     
  • El SDRA asociado con COVID-19 no parece ser distinto del síndrome convencional; las terapias existentes siguen representando el pilar terapéutico para el SDRA.

Médicos y pacientes. ¿Cómo influye la pobreza sobre la salud y la enfermedad?.

http://www.medicosypacientes.com/

La pobreza y la enfermedad son un binomio inseparable, la enfermedad es una factoría global de pobres. La pobreza es el mayor determinante social y político de la salud y la enfermedad. Como en todo, el lenguaje no está libre de valores, intereses y prejuicios. Ya lo decía Voltaire, “si quiere hablar conmigo defina sus términos”. No es lo mismo Determinantes Sociales y Políticos de la salud que Determinación social y política de la salud. Lo primero hace mención a una situación casual, cuasi accidental, que aparenta inevitable, algo así como el tiempo o la suerte.

Lo segundo es una acción consciente, dirigida y tolerada por el poder político y económico… Los significados y resultados son diametralmente opuestos. No son suficientes las soluciones coyunturales o las respuestas altruistas.  Es necesario ir mucho más lejos, hablamos de extender derechos (https: www.es.amnesty.org), que incluye la necesidad de un nuevo modelo de desarrollo económico y social, en armonía con el medio y el contexto vivencial, los ecosistemas y el cambio climático, que mejore la mala distribución de la riqueza y con ella las fracturas sociales para evitar que las desigualdades y la falta de oportunidades en la vida sigan aumentando para una parte importante de la población. En suma, la enfermedad con más incidencia, prevalencia y mortalidad en el mundo es la pobreza y su amplísima gama de expresiones. Hace tiempo que Rudolf Virchow comento “más le temo a la pobreza que al bacilo de Koch”.

En España, la situación social y política actual, heredada de la crisis económica del 2009 y agravada por la Pandemia Covid-19, deriva en que las rentas del capital financiero especulativo sigan absorbiendo “descarada e injustamente” las rentas del trabajo, incluidas las de aquellos profesionales de más alta cualificación. Pero también las de las empresas de la economía real, originando profundas fracturas sociales y pobreza que repercuten gravemente en la cohesión social, en la salud de la población y en la capacidad de respuesta del SNS.

Los hogares más desfavorecidos son los que han sufrido una mayor caída de los ingresos durante la crisis. “Las desigualdades matan” es el título de un estudio publicado hace unas semanas por Oxfam Intermon[1]. En uno de sus titulares se puede leer, “once personas mueren de hambre cada minuto, superando las muertes por la COVID-19”. Lo que parecía una crisis global de salud pública ha derivado rápidamente en una grave crisis de hambre que ha puesto al descubierto la enorme desigualdad del mundo en que vivimos. 155 millones de personas en el mundo, 20 millones más que el año pasado, viven sin tener apenas nada que comer, o sin saber si podrán hacerlo al día siguiente. La pandemia también ha provocado una pérdida masiva de empleo, un total de 33 millones de personas en todo el mundo se quedaron sin ninguna fuente de ingresos en 2.020. A lo cual se añade la falta de control de la pandemia COVID-19; siguen apareciendo nuevas variantes del virus SARS-CoV2 que justifican y absorben toda la producción de vacunas en el mundo desarrollado, mientras los países pobres apenas pueden acceder a ellas. Si el mundo pobre no interesa a los intereses económicos neoliberales para permitir fabricar o proveerles de vacunas, menos aún de otros medicamentos para malaria, VIH, TBC, Hepatitis …

Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que los ingresos del 99 % de la población mundial se habrían deteriorado a causa de la COVID-19. Se requieren medidas sin precedentes para acabar con el inaceptable aumento de las desigualdades. Lo que está ocurriendo no es fruto de desastres naturales ni del azar. Es el resultado de decisiones deliberadas: la “violencia económica”, que tiene lugar cuando las decisiones políticas a nivel estructural están diseñadas para favorecer a los más ricos y poderosos, lo que perjudica de una manera directa al conjunto de la población y, especialmente, a las personas en mayor situación de pobreza, las mujeres, los niños, los ancianos y las personas “racializadas”. La pobreza económica y las desigualdades sociales contribuyen a padecer con mayor frecuencia enfermedades prevenibles y/o evitables, así como muertes prematuras.

España es el país de la OCDE en el que más creció el desempleo durante la crisis económica iniciada en el 2009. En la actualidad, con un 13% de tasa de desempleo, superamos con creces la media de la zona euro situada en torno al 7% de la población activa. Los esfuerzos realizados por el Gobierno y la Unión Europea (UE) para proteger durante la pandemia Covid-19 a la población más afectada y desfavorecida, no ha sido suficientes para controlar la desigualdad y la distancia entre rentas altas y bajas, que volvió a aumentar durante la misma. Por un lado, asistimos con profunda preocupación a los excesos de una parte de la sociedad rica y consumista que se comporta con grandes riesgos para la salud; y por otro lado, a la pobreza de 4,5 millones de españoles que viven en hogares con ingresos extraordinariamente bajos y sin la cobertura de necesidades básicas como alimentación y energía. A lo que se añade una novedad inquietante por injusta en nuestro Sistema Nacional de Salud, como es el retraso en la atención sanitaria y la pérdida de calidad en la prestación asistencial. Los tiempos de espera son humanamente intolerables, pero lo son especialmente graves e inaceptables para recibir la primera asistencia o prueba diagnóstica. La causa principal de esta inequidad en el acceso a los servicios sanitarios es la insuficiencia de recursos humanos para atender la creciente demanda asistencial, heredada de la década anterior y no corregida en los ciclos presupuestarios posteriores, y que responde esencialmente a los recortes sostenidos en la financiación sanitaria, así como a la ineficiencia asignativa derivada del encarecimiento injustificado de los precios de los medicamentos.

Llama la atención la frase de algunos políticos y personajes públicos, “estamos pasando la crisis con el esfuerzo de todos”. No sé muy bien a qué esfuerzo se refieren. Desde luego, no son iguales unos esfuerzos que otros. No es igual tener trabajo que no tenerlo; no es igual que tus hijos coman tres veces al día que lo hagan dos o una; no es igual pasar frío que no pasarlo; no es igual tener garantizada una respuesta sanitaria ante una necesidad, que tener que esperar a que te llegue tu turno, si no tienes dinero para pagar una alternativa privada. No es igual pasar de ganar 4.500 € a 3500 €, que pasar de 2000 € a 400 €, y mucho menos recibir 400 € al mes para vivir.

Según un estudio de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) el 11 % de los hogares del país, lo que supone un total de 5,1 millones de personas, han sufrido una situación de pobreza energética a lo largo de 2021, siendo incapaces de mantener sus casas en unas condiciones mínimas de confort, lo que puede generar problemas de salud causados por el frío o la humedad, afectando especialmente a los más débiles, enfermos y ancianos. Según Cruz Roja el 22% de la población tiene problemas para sufragar los gastos ordinarios de la vivienda, y el 40,8%declara que el pago de la luz le supone una carga muy pesada.

El encarecimiento de los precios de la energía, sumado a la disminución de ingresos del hogar (relacionada directamente con el desempleo y con salarios pírricos), y el mal estado de las condiciones de la vivienda son las causas del agravamiento de esa pobreza energética. A esta penuria energética se añaden una “mala” alimentación e higiene, vivienda insalubre, riesgos laborales derivados de los abusos en sus condiciones… Durante la pandemia aumentaron los trastornos emocionales y adaptativos, la marginación, los estilos de vida no saludables, suicidios, comportamientos violentos cuando no violencia manifiesta. Es decir, alteración grave de la convivencia social.

Los efectos de la pandemia COVID-19 y de la grave crisis económica han sido terribles para unos, con efectos y secuelas irrecuperables para muchos, y complicados para una gran mayoría. Por el contrario, han sido “muy llevaderos” para otros y un gran negocio para algunos incluidos aquellos que en buena parte contribuyeron a generar la crisis económica global, aumentando extraordinariamente su riqueza.

 Nuestro sistema fiscal actual permite que las aportaciones al erario público de los más ricos no sean proporcionales a las que aporta el resto de la ciudadanía, una asignatura política pendiente en el olvido y “sueño de los justos”.  Ésta sigue siendo la razón y causa principal del déficit estructural y deuda pública. Conocer bien el origen causal de la misma, el sacrificio de las rentas del trabajo que soporta su financiación y los costes de oportunidad asociados, merece en términos de equidad social una atención preferente que dignifique la función gubernamental. Así que la frase “estamos pasando la crisis con el esfuerzo de todos” no sólo es una gran mentira, sino que incorpora una gran y profunda injusticia.

 

Docencia Alto Palancia. PROA departamental. Manejo de ITUs. Mapa de resistencias actualizado.

http://docenciaaltopalancia.blogspot.com/

PDF.

martes, 8 de marzo de 2022

Medicina y melodía. Fondo de ojo.

Fondo de ojo: porción posterior e interior del ojo. La exploración del fondo de ojo, mediante oftalmoscopia o retinografía, permite visualizar a través de la pupila y los medios transparentes del globo ocular (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo) las siguientes estructuras: papila óptica, mácula, retina (hasta la ora serrata) y red vascular de la coroides. Su visualización permite detectar enfermedades retinianas, tumores, lesiones por HTA (retinopatía hipertensiva), lesiones por diabetes (retinopatía hipertensiva), glaucoma, etc.












Lee entrada completa.....

MEDICINA INTERNA AL DÍA. COVID largo: secuelas post-agudas de COVID-19 con enfoque cardiovascular.

Se prevé que emerge como una nueva epidemia, la COVID prolongada o secuelas post agudas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), una condición caracterizada por la persistencia de los síntomas de COVID-19 más allá de los 3 meses, se espera que altere sustancialmente la vida de millones de personas en todo el mundo. Los síntomas cardiopulmonares que incluyen dolor en el pecho, dificultad para respirar, fatiga y manifestaciones autonómicas como la taquicardia ortostática postural son comunes y se asocian con una discapacidad significativa, una mayor ansiedad y conciencia pública. Se ha reportado una variedad de anomalías cardiovasculares (CV) entre los pacientes más allá de la fase aguda e incluyen inflamación del miocardio, infarto de miocardio, disfunción ventricular derecha y arritmias. Los mecanismos fisiopatológicos para las complicaciones tardías aún no se conocen bien, con una disociación observada entre los síntomas en curso y las medidas objetivas de salud cardiopulmonar. Se prevé que COVID-19 altere la trayectoria a largo plazo de muchas enfermedades cardíacas crónicas que son abundantes en las personas en riesgo de enfermedad grave. En esta revisión, se discute la definición de COVID largo y su epidemiología, con énfasis en los síntomas cardiopulmonares. Además, revisa los mecanismos fisiopatológicos subyacentes a la lesión CV aguda y crónica, el rango de secuelas CV postagudas y el impacto de COVID-19 en la salud multiorgánica. Proponen un posible modelo para la derivación de pacientes post-COVID-19 a servicios cardíacos y discuten las directicas futuras, incluidas las prioridades de investigación y los ensayos clínicos que se están llevando a cabo actualmente para evaluar la eficacia de las estrategias de tratamiento para COVID largo y secuelas CV asociadas.

https://doi.org/10.1093/eurheartj/ehac031

https://medicinainternaaldia.wordpress.com/

Long COVIDDescarga

UDM AFyC Sevilla. Sesión: Sumisión química.

 

Glosario de Oftalmología.


 

lunes, 7 de marzo de 2022

Revista Atención primaria. Carta al Editor. Nuevos predictores del riesgo de severidad de COVID en Atención Primaria.

https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria

Nos encontramos en un periodo donde hemos tenido que adaptarnos rápidamente a la situación emergente en relación con la pandemia por SARS-CoV.2. Vila-Corcoles et al.1 realizan una muy interesante aportación en su artículo «Desarrollo de una escala predictiva simple para la valoración pronóstica de pacientes COVID-19 en atención primaria». En él, los autores destacan factores como la edad y la presencia de síntomas confusionales, disnea y mialgias como predictores del mal pronóstico en enfermos con COVID-19. Durante la pandemia, han surgido múltiples estudios en relación con las variables que pudieran predecir la severidad de la infección con el objetivo de priorizar los recursos y adelantarse al deterioro rápido y potencialmente mortal de los pacientes. En la revisión de Gallo Marin et al.2 se recogen múltiples de los posibles factores predictores de la gravedad de la infección. Entre ellos, destacan la edad por encima de 55 años, comorbilidades, hipoxia, hallazgos específicos en tomografía computarizada (TC), alteraciones en pruebas de laboratorio (dímero D, PCR, LDH, troponina I, entre otras) y biomarcadores de fallo orgánico.

Sin embargo, es importante destacar que no todos estos factores son fáciles de evaluar y están disponibles en atención primaria, como es el caso de la TC. Por contraposición, cabe destacar que, en la etapa actual de la pandemia donde gran parte de la población se encuentra inmunizada, la sintomatología COVID no resulta tan florida, y los factores descritos por Vila-Corcoles et al.1 podrían ser insuficientes. En este contexto, desde atención primaria, toma mayor importancia el hecho de haber sido o no previamente vacunado para determinar el pronóstico de la infección. Los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) han publicado un estudio donde inciden en que el riesgo de re-infección en pacientes que han pasado la enfermedad es cinco veces mayor que en aquellos en los que la pauta de vacunación es completa3. Este hecho remarca la importancia de que, aunque las vacunas no tienen una efectividad del 100%, son herramientas muy útiles para evitar la enfermedad y, sobre todo, disminuir el riesgo de desarrollar una enfermedad grave, de ser hospitalizado y de morir.

Patología Crítica. Si Puedes Reconocer esto...… ¡¡¡#SalvarásVidas!!!...

https://fb.watch/bBKBxbjs6H/

Genial Animación de @artibiotics!!!