Trisha Greenhalgh junto a otros autores publica en la revista electrónica BMC Medicine un interesante articulo de debate, Six ‘biases’ against patients and carers in evidence-based medicine, donde se discute seis características (denominadas en el articulo sesgos o biases) de la medicina basada en la evidencia (MBE) que potencialmente y de manera inadvertida pueden modificar, a peor, las preferencias de los pacientes y cuidadores, estos son
- Carencia de participación del paciente en los diseños de la investigación
- Pobre estatus que se da a la experiencia (anecdotas) en la jerarquía de la evidencia.
- Tendencia de la MBE a confundir la atención centrada en el paciente con el uso de herramientas para la toma de decisiones compartidas
- Escasa atención que se presta en la MBE a los desequilibrios de poder que suprimen la voz del paciente
- La MBE sobreenfatiza la díada médico-paciente (ignorando el auto-cuidado y la importancia de las amplias redes sociales del paciente, tanto on como off-line
- El enfoque principal de la MBE en las personas que buscan y obtienen atención sanitaria (y en las que ocultan de aquellos que no buscan o no pueden acceder a la atención).
Estos “sesgos” y sus efectos potenciales sobre el proceso y el resultado de la atención sanitaria basada en la evidencia, se resumen en la Tabla a continuación, pero sin duda los mas interesante es las medidas que se proponen para reducir sus (malos ) efectos, que pasan por: abarcar la participación del paciente en la investigación, hacer un uso más sistemático de la evidencia individual (‘personalmente significativo’) , tener una visión más interdisciplinaria y humanista de las consultas, considerar las relaciones de poder desiguales en los encuentros sanitarios, apoyar a las comunidades de pacientes y tener en cuenta la ley de cuidados inversa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario