Autor/a: Soukaina Zaher, Hussein Boufettal, Kawtar Nassar, Naima Samouh, Saadia Janani
Fuente: Journal of Rheumatology and Autoimmune Diseases, 14, 125-131
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune y compleja que puede presentar desafíos particulares para las mujeres embarazadas. Aunque el manejo ha mejorado, siguen siendo embarazos de riesgo, con posibles complicaciones maternas como fetales.
El manejo óptimo de estos embarazos requiere una estrecha colaboración entre especialistas, incluidos internistas, reumatólogos, obstetras, anestesiólogos y pediatras.
Se recomienda un asesoramiento pre concepcional para abordar aspectos cruciales previos a la concepción, y el establecimiento de un plan de manejo y seguimiento para facilitar la rápida intervención en caso de posibles brotes que pueden impactar directamente en el bienestar de la madre y del feto.
Este estudio tuvo como objetivo examinar los efectos del embarazo en el lupus, así como el impacto del lupus en el curso del embarazo.
Resultados
La edad promedio de las parturientas fue de 31,4 años, con
extremos entre 22 y 38 años, y un predominio del grupo etario de 34 a 38 años.
La mediana de embarazo y paridad fue de 2 y 1, respectivamente, siendo 39%
multíparas. Una paciente se sometió a interrupción voluntaria del embarazo
debido a su enfermedad de base.
Cuatro pacientes (13%) tenían antecedentes de aborto espontáneo con <10 semanas de gestación, con síndrome de anticuerpos anti fosfolípidos asociado en un caso. Una paciente tenía antecedentes de muerte fetal intrauterina.
Otras manifestaciones clínicas incluyeron un caso (3%) de corea lúpica, dos casos (6,45%) de síndrome de Raynaud, un caso (3%) de urticaria, un caso (3%) de síndrome de ojo seco, un caso (3%) de alopecia y un caso (3%) de linfadenopatía. Se halló hipertensión en ocho pacientes y edema de miembros inferiores en cuatro.
Una paciente se internó por amenaza de parto prematuro a las 23 semanas de gestación y en el examen se observó un cuello uterino largo y abierto; esta paciente fue tratada con tocólisis (bloqueantes de canales de calcio) y su embarazo llegó a término. Veintitrés pacientes tuvieron ecografía obstétrica normal al ingreso, 7 pacientes tuvieron oligohidramnios y una paciente tuvo muerte fetal intrauterina a las 28 semanas de gestación.
Se diagnosticó insuficiencia renal en cinco pacientes (16%). La proteinuria fue positiva en 13 pacientes (45%). Se presentaron anomalías hematológicas (anemia, trombocitopenia) en 16 pacientes (52%). Se realizó serología para sífilis en 23 pacientes, que resultó positiva en dos de ellas (6%).
Once pacientes (35%) tuvieron anticuerpos anti-ADN positivos. Los anticuerpos antinucleares fueron positivos en 13 pacientes (46%). Los anticuerpos anti fosfolípidos fueron positivos en ocho pacientes (28%).
No se evaluaron los niveles de complemento. Diecisiete pacientes (55%) estaban en tratamiento con corticosteroides con tratamiento adyuvante y aspirina a dosis antiplaquetaria.
Se prescribió tratamiento antihipertensivo en nueve pacientes (32%); ocho pacientes tenían hipertensión y una nefropatía lúpica en estadio II. Se continuó con hidroxicloroquina en ocho pacientes (26%). Cinco pacientes con síndrome de anticuerpos anti fosfolípidos fueron tratadas con aspirina y heparina en combinación antes de la concepción; ocurrió muerte fetal intrauterina a las 28 semanas de gestación en uno de ellas.
De las 31 pacientes, 16 (52%) experimentaron brotes progresivos, incluidos seis casos durante el primer trimestre; exacerbaciones cutáneas en cuatro casos(13%), exacerbaciones cutáneas y articulares en dos casos (6,45%), pericarditis en un caso (3%) y exacerbación renal en un caso (3%). Estas parturientas no estaban bajo ningún tratamiento y respondieron bien al tratamiento con corticosteroides.
Una paciente (3%) que desarrolló preeclampsia y tuvo una recaída renal en el tercer trimestre requirió interrupción del embarazo a las 32 semanas de gestación con tres sesiones de hemodiálisis.
En el período posparto, cuatro (13%) pacientes experimentaron recaídas y no se aumentó su dosis de corticosteroides. Entre las 31 parturientas, seis (19%) sufrieron interrupción del embarazo por indicación médica a las 5, 10, 12, 14, 15 y 18 semanas de gestación.
Hubo un caso (3%) de muerte fetal intrauterina a las 28 semanas de gestación, cinco casos (16%) de parto prematuro entre las 29 y 32 semanas de gestación; dos casos a las 33 semanas y un caso a las 35 semanas de gestación, y 19 casos (61%) de embarazos a término.
Seis mujeres tuvieron cesárea por oligohidramnios (3), eclampsia (1), pre eclampsia severa (1), y occipucio posterior persistente (1), y 25 tuvieron parto vaginal.
Veinticuatro casos (77%) resultaron en nacidos vivos, de los cuales cinco (16%) fueron prematuros, cuatro (13%) tuvieron retraso del crecimiento intrauterino y 15 (48%) fueron normales. Los cuatro neonatos (13%) cuyas madres recibieron hidroxicloroquina durante todo el embarazo no presentaron malformaciones cardíacas.
Las 31 pacientes (100%) tuvieron resultados normales después del parto. Las cinco pacientes que requirieron interrupción del embarazo no experimentaron ninguna complicación.
Tres parturientas multíparas y otra con nefropatía lúpica en estadio II se sometieron a ligadura de trompas, lo que representa una frecuencia del 13%, y 27 pacientes (87%) recibieron microprogestinas después del parto.
Discusión
El lupus eritematoso sistémico puede afectar
significativamente el embarazo, y el embarazo puede afectar la actividad del
lupus. En esta serie, el 52% de las mujeres embarazadas experimentó brotes de
lupus, con el 19% ocurriendo en el primer trimestre.
El momento de los brotes varió entre trimestres y en el período posparto. La enfermedad renal es un factor de riesgo para malos resultados fetales y maternos.
Se recomienda esperar al menos seis meses después de un brote de lupus, especialmente un brote renal, antes de concebir, aunque un estudio sugiere que un retraso de cuatro meses puede ser suficiente.
Los embarazos de alto riesgo requieren colaboración multidisciplinaria y asesoramiento preconcepcional esencial. El pronóstico fetal es malo cuando el lupus se diagnostica durante el embarazo, con altas tasas de pérdida fetal. Las complicaciones como la insuficiencia placentaria y la trombosis son comunes, a menudo exacerbadas por anticuerpos anti fosfolípidos.
La hidroxicloroquina reduce los brotes cuando se usa durante el embarazo. A pesar de los avances, las tasas de muerte fetal, prematuridad y retraso del crecimiento intrauterino siguen siendo altas.
Se aceptan terapias preventivas, que incluyen hidroxicloroquina y azatioprina, pero la adición de corticosteroides al final del embarazo es controvertida debido a los riesgos potenciales tanto para la madre como para el feto.
Conclusión
El lupus eritematoso sistémico, una enfermedad que
generalmente afecta a mujeres jóvenes en edad fértil, resalta la importancia
del embarazo en esta población, enfatizando las dimensiones psicológicas y
emocionales de este período.
l embarazo y el período posparto pueden revelar un lupus no reconocido, y un brote de lupus puede ocurrir en cualquier momento durante el embarazo, especialmente si el lupus está activo en la concepción.
Cuando el lupus está inactivo durante al menos seis meses antes de la concepción, la remisión persiste en la mayoría de los casos, particularmente con un manejo adecuado.