Quizá podríamos preguntarnos por qué no, si tenemos en cuenta que la mayor parte de los tratamientos para otros problemas de salud, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia, están financiados, a veces incluso fármacos que aportan poco o nada a los ya existentes.
Si partimos de cero, lo primero que nos tendríamos que preguntar es si el tratamiento farmacológico es efectivo: los resultados de ensayos clínicos y metaanálisis nos dicen que el empleo de los tratamientos de primera línea duplicarían al menos las tasas de abandono. Pero además de efectiva la intervención en tabaco es muy eficiente, considerándose la intervención breve una de las actividades preventivas más coste-efectivas. La intervención sin embargo no se limita a su aspecto farmacológico, este aumenta las posibilidades de abandono, pero la intervención es de base conductual.
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