- Uno de los instrumentos básicos en la asistencia paliativa es el 
control de los síntomas mediante intervenciones farmacológicas y no 
farmacológicas.
- La vía de administración de fármacos más utilizada es la oral [1-2] pero cuando esta vía no es posible por diferentes causas (disfagia, vómitos, agonía....) [3]
 se suele recurrir a la vía parenteral intramuscular o endovenosa. Está 
estudiado y demostrado que la más recomendable es la vía subcutánea [1,4],
 que permite administrar la mayoría de fármacos útiles en este tipo de 
pacientes con un alto grado de seguridad y comodidad en atención 
domiciliaria. El 70% de los pacientes con enfermedad en fase terminal [4]
 requieren, días antes de la muerte, la administración de medicación por
 vía parenteral y es la vía subcutánea la más adecuada porque permite 
controlar situaciones de resistencia a los fármacos orales o porque en 
esta fase se han retirado los no imprescindibles o sin utilidad 
inmediata.
- En los trastornos de obstrucción digestiva, la vía subcutánea 
permite el tratamiento farmacológico necesario para el control de los 
síntomas y para la hidratación, por hipodermoclisis [5],
 evitando la colocación de sondas nasogástricas, excepto en la 
obstrucción digestiva alta donde los vómitos y el dolor son de difícil 
tratamiento.
- Durante los últimos días o en situación de agonía [6],
 este método puede ser el único que permita superar los trastornos de 
deglución o de alteración cognitiva que dificultan la ingesta, para 
asegurar el control del bienestar en el paciente con agitación y 
ansiedad.
Existen dos formas de administración de medicamentos por vía subcutánea[
1-4,
7]:
- En la forma intermitente los fármacos se 
administran a través de una palomita colocada en tejido celular 
subcutáneo y es la que se describe a continuación.
-  La forma continua se realiza a través de unos 
dispositivos, infusores, que liberan la medicación en tejido celular 
subcutáneo de una manera continua, siendo esta la forma de elección. 
Frente a la administración intermitente, con la utilización de infusores
 se obtienen unos niveles constantes en plasma. Otra ventaja adicional 
es la posibilidad de mezclar varios fármacos en el mismo infusor. En 
general, se recomienda no mezclar más de tres fármacos.
 
http://www.ics.gencat.cat/3clics/main.php?page=GuiaPage&idGuia=233&comentaris=si&lang=CAS
 
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