¿Qué dice la evidencia de las revisiones de salud?
En un país tan dado a la prevención secundaria como Estados Unidos, ha sorprendido que la Society of Internal Medicina ha colgado la siguiente recomendación en Choosing Wisely: "Do not perform routine general health checks for asymptomatic adults." ¿Qué fuentes citan los internistas norteamericanos para hacer esta recomendación? Si lo consultan verán que la primera fuente de las cuatro relacionadas en el documento es una revisión sistemática y un metanálisis llevados a cabo por un grupo de investigadores del Nordic Cochrane Centre a partir de 14 ensayos clínicos aleatorizados con casi doscientos mil participantes, que ha concluido que las revisiones de salud no reducen ni la morbilidad ni la mortalidad global, y el estudio añade que tampoco se han visto mejoras en la mortalidad específica cardiovascular y oncológica.
Véase en el gráfico como, con una aportación al riesgo relativo medio de morir de las revisiones de salud prácticamente nula (0,99), los 9 estudios finalmente elegidos para esta variable, mostraron unos riesgos relativos que basculaban de manera equilibrada entre la izquierda (aportan valor) y la derecha (son contraproducentes) en torno al valor 1:
De la revisión y el metanálisis se concluye que a pesar de no conseguir reducir ni la mortalidad ni la morbilidad, las revisiones de salud podrían tener una asociación con el sobrediagnóstico y la sobreactuación terapéutica, sin olvidar los riesgos propios de las pruebas diagnósticas, la ansiedad provocada por los falsos positivos, los hallazgos incidentales y la sensación de seguridad producida por los resultados negativos, algunos de ellos falsos. En resumen, las revisiones de salud están en el centro de otra controversia surgida entre la práctica clínica consumista y la evidencia.
En un país tan dado a la prevención secundaria como Estados Unidos, ha sorprendido que la Society of Internal Medicina ha colgado la siguiente recomendación en Choosing Wisely: "Do not perform routine general health checks for asymptomatic adults." ¿Qué fuentes citan los internistas norteamericanos para hacer esta recomendación? Si lo consultan verán que la primera fuente de las cuatro relacionadas en el documento es una revisión sistemática y un metanálisis llevados a cabo por un grupo de investigadores del Nordic Cochrane Centre a partir de 14 ensayos clínicos aleatorizados con casi doscientos mil participantes, que ha concluido que las revisiones de salud no reducen ni la morbilidad ni la mortalidad global, y el estudio añade que tampoco se han visto mejoras en la mortalidad específica cardiovascular y oncológica.
Véase en el gráfico como, con una aportación al riesgo relativo medio de morir de las revisiones de salud prácticamente nula (0,99), los 9 estudios finalmente elegidos para esta variable, mostraron unos riesgos relativos que basculaban de manera equilibrada entre la izquierda (aportan valor) y la derecha (son contraproducentes) en torno al valor 1:
De la revisión y el metanálisis se concluye que a pesar de no conseguir reducir ni la mortalidad ni la morbilidad, las revisiones de salud podrían tener una asociación con el sobrediagnóstico y la sobreactuación terapéutica, sin olvidar los riesgos propios de las pruebas diagnósticas, la ansiedad provocada por los falsos positivos, los hallazgos incidentales y la sensación de seguridad producida por los resultados negativos, algunos de ellos falsos. En resumen, las revisiones de salud están en el centro de otra controversia surgida entre la práctica clínica consumista y la evidencia.
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