lunes, 13 de junio de 2016

DICAF. Hirsutismo en la mujer.

Entre el 5 y el 15% de la población femenina padece de exceso de vello corporal, y cabe distinguir en estos casos entre hipertricosis, cuando la aparición de este exceso de vello es de distribución generalizada por todo el cuerpo, e hirsutismo, en el que el crecimiento piloso se caracteriza por presencia de cabellos gruesos y oscuros en zonas típicamente masculinas como pueden ser, por encima del labio superior, en la barbilla, el pecho, en los hombros, en la zona del pubis hasta el ombligo, espalda, pantorrillas y muslos. El hirsutismo no es sólo un problema estético, sino que también puede interferir con la calidad de vida de la persona, con un grado de afectación que se ha cuantificado de un nivel equiparable al que comportan enfermedades como el asma, la epilepsia o la diabetes.
La causa del hirsutismo se encuentra casi siempre vinculada a un exceso de los niveles de andrógenos (testosterona por lo general) o una hipersensibilidad de los órganos diana de estos andrógenos. La mayoría de casos se corresponden con mujeres que presentan síndrome de ovario poliquístico, o se trata de un hirsutismo idiopático. Si el hirsutismo se debe a un exceso de los niveles de andrógenos, el tratamiento suele ser a largo plazo. En ambos casos el tratamiento es el mismo.
Para los casos leves, las intervenciones de naturaleza cosmética pueden ser suficientes, y van desde la decoloración hasta diferentes sistemas de extracción del vello (afeitado, depilación con cera, cremas depilatorias, etc.). Estos métodos suelen aplicarse también, por lo general, en los casos más complicados en los que se precise una intervención farmacológica, ya que el tiempo de espera hasta que sus resultados no se hagan evidentes, en base al ciclo de vida de los folículos pilosos, puede demorarse de 4 a 6 meses, o incluso hasta 12.
El nivel de evidencia sobre la eficacia de los tratamientos con fármacos contra el hirsutismo es en general entre media y muy baja. Entre los disponibles se encuentran las cremas tópicas, como la eflornitina utilizada en el tratamiento de hirsutismo facial leve, y tratamientos sistémicos como los anticonceptivos orales combinados, especialmente los que presentan un efecto antiandrogénico como el acetato de ciproterona, considerado como la primera opción terapéutica para el tratamiento de las formas más leves de hirsutismo, aunque las pruebas sobre su eficacia son limitadas. Otras opciones contemplan la utilización de asociaciones antiandrógenas de etinil estradiol y acetato de ciproterona (2mg) o etinilestradiol más desogestrel (0,15 mg), ambos métodos bastante eficaces. Las opciones antiandrogénicas no deben ser utilizadas en monopreparaciones debido a su potencial efecto feminizador sobre el feto masculino en caso de embarazo, o deben limitarse sólo a mujeres post-menopáusicas. La espironolactona (100mg/día) puede utilizarse fuera de indicación oficial de forma asociada al tratamiento con anticonceptivos orales combinados, como segunda opción o en caso de que la respuesta sea inadecuada después de 6 meses de tratamiento. Dosis mayores de acetato de ciproterona, de entre 50 a 100mg/día, también puede utilizarse asociada con la terapia a base anticonceptivos orales. También ha sido sugerida la utilización fuera de etiqueta de finasterida (5 mg), pero los datos de eficacia de que se dispone son inconsistentes, por lo que es una opción que no debe ser recomendada.

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