A principios de mes, se publicó en JAMA
una revisión sistemática cuya
pregunta de investigación era ¿presentan los autores de ensayos clínicos cardiovasculares los resultados estadísticamente
no significativos de forma precisa y objetiva? y cuya desazonadora conclusión –
Despite peer review, manipulation of language in the cardiovascular literature is common and may have implications for scientific integrity, patient care, peer review, and medical progress- está en la base del fenómeno
spin cycle por el cual la
retórica más sibilina hace posible, horadando lo más profundo de tu cerebro, transmutar unos resultados negativos en positivos.
Ahora que estamos en jornada post electoral puedes comprobar, en cualquier periódico, que el spin cycle es un recurso habitual
en política, donde cualquier resultado -por malo que sea- se convierte
en una brillante conquista. Y de ahí que las victorias se hagan amargas y
las derrotas dulces, en una ceremonia de total confusión y, a ser posible, idiotización del antaño respetable electorado.
No esperábamos ver los ardides de los comunicadores de masas en el mundo científico. Pero ahora sabemos que están aquí y han venido para quedarse.
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