En España disponemos una vacuna inactivada frente al herpes zóster, producida por técnicas de recombinación de ADN, que contiene la glicoproteína E del VVZ y un adyuvante. La pauta de vacunación consiste en dos dosis, con un intervalo entre 2 y 6 meses entre ambas, que se administran por vía intramuscular. Esta vacuna se puede administrar a pacientes con inmunosupresión. A día de hoy no sabemos si en un futuro se va a requerir alguna dosis de recuerdo, pero los datos de los que disponemos muestran que los títulos de anticuerpos persisten más allá de los 10 años tras la pauta completa.
¿A quién se recomienda esta vacuna? Pues a cualquier persona sana mayor de 50 años y a personas mayores de 18 años con un riesgo más elevado de padecer un herpes zóster, por presentar las siguientes condiciones:
- Trasplante de progenitores hematopoyéticos.
- Trasplante de órgano sólido.
- Tratamiento con fármacos anti-JAK.
- Infección por VIH.
- Hemopatías malignas.
- Tumores sólidos en tratamiento con quimioterapia.
- Antecedente de dos o más episodios de herpes zóster.
Se ha empezado a vacunar a los pacientes mayores de 80 años y actualmente se está ofreciendo la vacuna a pacientes entre 66 y 80 años.
En los ensayos clínicos la eficacia de la vacuna supera el 73% a los 10 años tras la vacunación y mantiene la eficacia en pacientes inmunosuprimidos.
Es una vacuna con un buen perfil de seguridad y, por lo general, bien tolerada. Como siempre, las reacciones adversas más frecuentes son dolor en el lugar de inyección, eritema e hinchazón, que se resuelven en 2-3 días. También puede ocasionar reacciones generales, como dolores musculares, cansancio, dolor de cabeza, fiebre, escalofríos y síntomas gastrointestinales que pueden durar 1-2 días. No se han detectado efectos adversos graves y la frecuencia de aparición de reacciones locales no es mayor al administrar la segunda dosis. El haber presentado molestias tras la primera dosis no es indicativo de que se vaya a tener una reacción similar tras la segunda, por lo que se recomienda completar la pauta de vacunación, incluso en esas circunstancias (la anafilaxia sería la única contraindicación).
¿Y si ya hemos tenido un herpes zóster? Pues la verdad es que, aunque es poco frecuente, el haber padecido un herpes zóster no protege frente a tener de nuevo la enfermedad, así que la vacuna se puede administrar en pacientes que ya han tenido un herpes zóster. Eso sí, la vacuna debe administrarse cuando la enfermedad aguda se haya resuelto y los síntomas hayan desaparecido.
¿Y si no sabemos si hemos padecido la varicela con anterioridad? Lo cierto es que más del 90% de la población adulta se ha infectado por el VVZ, así que no necesitamos ninguna confirmación de laboratorio para vacunarnos. Eso sí, en personas que van a empezar un tratamiento inmunosupresor o se van a trasplantar, se pide antes la determinación de anticuerpos frente a la varicela. Si no se tienen anticuerpos, se recomienda la vacunación frente a la varicela antes del tratamiento y si se detectan anticuerpos, se recomienda la vacunación frente al herpes zóster (idealmente antes de recibir el trasplante).
Existe otra vacuna del herpes zóster atenuada (más antigua) de virus atenuado. Pacientes que se han vacunado con esa vacuna se pueden vacunar con la de virus inactivo siempre y cuando hayan pasado más de 5 años.
Es muy frecuente en pacientes de riesgo administrar un montón de vacunas a la vez. Tranquilos, porque esta vacuna se puede administrar junto con otras vacunas como la de la gripe, neumococo, difteria, tétanos y tos ferina, aunque mejor en diferentes zonas anatómicas.
La vacuna del herpes zóster está contraindicada en personas que hayan presentado reacciones adversas graves a alguno de sus componentes o en caso de una reacción alérgica tras una dosis previa. Al igual que el resto, la vacunación debe posponerse en caso de enfermedad aguda con fiebre. No hay datos de mujeres embarazadas.
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