miércoles, 31 de julio de 2013

Otitis media aguda: observar y, si hace falta, antibiótico diferido

Esta revisión Cochrane concluye que el tratamiento con antibiótico de la otitis media aguda (OMA) mejora el dolor a los 2 a 7 días en comparación con placebo, disminuye las perforaciones timpánicas y los episodios de OMA contralateral. Pero por cada 14 niños tratados con antibiótico, 1 presenta efectos adversos. Los antibióticos son más beneficiosos en niños menores de 2 años con OMA bilateral y cuando la OMA se acompaña de otorrea. En la mayoría de casos de enfermedad leve es adecuado mantener una conducta expectante y diferir el inicio del antibiótico cuando no hay mejora.

La otitis media aguda (OMA) se define como la presencia de derrame en el oído medio y un rápido inicio de signos o síntomas de inflamación, como otalgia, otorrea o fiebre. Es una de las enfermedades más frecuentes en la infancia y el uso de antibiótico para tratar la variación entre el 56% en los Países Bajos y el 95% en Estados Unidos, Canadá y Australia.
En el número 64 de 7SETmanal veíamos como en una entidad íntimamente relacionada con la OMA, la otitis media con exudado o subaguda (OMS), antes conocida como otitis serosa, el uso de antibióticos avanza la curación, pero el alta frecuencia de efectos adversos (hasta un tercio de los casos) y el riesgo de resistencias desaconsejan su utilización de forma rutinaria.
Esta nueva revisión Cochrane evaluó el uso de antibióticos en niños con OMA, comparando fármacos antimicrobianos con placebo y el tratamiento inmediato en el momento del diagnóstico con la observación expectante, incluida la prescripción diferida de antibiótico.
Para la comparación entre antibióticos y placebo se utilizaron datos de once ensayos clínicos aleatorizados (ECA) con riesgo bajo de sesgo de publicación. El dolor no disminuyó con el tratamiento antibiótico después de 24 horas, pero en el grupo de antibiótico un tercio menos de pacientes presentaban dolor residual en los 2 ó 3 días con respecto al grupo placebo (risk ratio [RR] 0,70, intervalo de confianza [IC] 0,57 a 0,86). Como la mayoría de los niños (82%) mejoran espontáneamente, hay que tratar a 20 niños para conseguir que uno no tenga dolor a los 2 a 3 días (número necesario de casos a tratar para lograr un resultado beneficioso adicional [NNTB]). El antibiótico también mejoraba los resultados de dolor a los 4 a 7 días (RR 0,79, IC 0,66 a 0,95, NNTB 20), disminuía las perforaciones timpánicas (RR 0,37, IC 0,18-0, 76, NNTB 33) y el riesgo de OMA contra-lateral (RR 0,49, IC 0,25 a 0,95, NNTB 11) en comparación con placebo. En cambio, no hubo diferencias en el número de timpanometría anormales a las 4-6 semanas o los 3 meses, ni el número de recurrencias ni tampoco en las complicaciones graves, que fueron pocas.
En cuanto a los efectos adversos, como vómitos, diarrea o rash cutáneo, fueron más frecuentes en los niños que tomaban antibióticos (RR 1,34, IC 1,16-1,55, número de niños que hay que tratar para causar 1 efecto indeseado adicional (NNTH) 14). El metanálisis de datos de pacientes individuales de algunos de los ECA incluidos mostró que los antibióticos eran más beneficiosos en niños menores de dos años con OMA bilateral y en los que presentaban OMA con otorrea.
Para la comparación entre la pauta antibiótica inmediata en el momento del diagnóstico y la observación expectante, se utilizaron resultados de 4 ACA (1.007 niños). Para evaluar el dolor en 3-7 días se obtuvieron datos de 959 niños, que no mostraron diferencias en cuanto al dolor entre los que habían comenzado el antibiótico inmediato y los que habían seguido una estrategia de observación expectante (incluyendo inicio diferido del antibiótico). Tampoco se encontraron diferencias respecto a complicaciones graves, perforación timpánica o riesgo de recurrencias. En cambio la prescripción inmediata de antibiótico se asoció a un incremento sustancial del riesgo de vómitos y diarrea o rash en comparación con la observación expectante (RR 1,71, YC 1,24-2,36).
Así pues, el antibiótico consigue una disminución del dolor a los 2 a 7 días, de las perforaciones timpánicas y los episodios de OMA contra-lateral respecto a placebo. Estos beneficios se han sopesar con los posibles daños: de cada 14 niños tratados con antibióticos, 1 presentará efectos adversos que habrían evitado. Por la mayoría de niños con enfermedad leve, está justificada la estrategia de observación expectante.
Venekamp RP, Sanders S, Glasziou PP, Del Mar CB and Rovers MM. Antibiotics for acute otitis media in children. Cochrane database of systematic reviews (Online). 2013 Jan 31; 1 :CD000219. link

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