La historia de Wakefield
Una localidad ha comenzado un proceso de trabajo local en salud. El
punto de partida es sencillo: se generan alianzas y trabajo coordinado
entre los diferentes sectores que trabajan en el territorio y se
establecen un plan local de salud con objetivos comunes y con
actuaciones compartidas entre ellos. En la misma mesa de trabajo,
planificando y actuando conjuntamente, se sientan Servicio Sanitario
(Atención Primaria), Salud Pública y el Ayuntamiento. Es un ejemplo de
gobernanza local en salud o de trabajar con microsistemas locales de
salud donde el protagonismo de los agentes de salud (y de las
actuaciones) está repartido entre sector sanitario y no sanitario.
Estamos en el Reino Unido y la herramienta que se utiliza para detectar las necesidades (los déficits) es el Joint strategic needs assessments (JSNAs).
Salud Pública, los técnicos locales de salud pública tienen un papel
metodológico clave en los análisis de situación local de salud, señalar
indicadores de salud, establecer técnicas para priorizar intervenciones y
revisar evidencias y evaluar las intervenciones que se lleven a cabo.
Bien. Se detectan una serie de necesidades y se genera durante un tiempo
una serie de actuaciones pero en las evaluaciones finales se observa
que aunque han mejorado algunos indicadores de salud y bienestar
persisten desigualdades en salud entre diferentes zonas del distrito. “La
forma en que Wakefield desarrolla sus servicios y programas no ha
servido para prevenir la brecha que existe entre las zonas más
privilegiadas y las zonas más deprimidas“
La necesidad de otra mirada
“La coproducción es el desarrollo de servicios públicos en una
relación de igualdad y reciprocidad entre los profesionales, la gente
que utiliza los servicios, sus familias y vecindarios”.
Pese a la inversión en programas y actuaciones, el equipo de trabajo hace una reflexión más que interesante: “es
necesaria una aproximación más sistemática para reforzar la
participación de la comunidad dentro de las estrategias locales de
trabajo, a niveles de distrito y a nivel de vecindario, moviéndose más
allá de consultas rutinarias breves y generar procesos de participación
con individuos y grupos que sirvan para definir problemas y desarrollar
soluciones en la comunidad“.
Es decir, primer punto: se plantea continuar el proceso de trabajo
coordinado pero con una integración clara de la ciudadanía en el
proceso.
El segundo punto es tener en cuenta que la mirada basada en los
problemas no es suficiente. Andrew Furber, Director de Salud Pública del
Distrito de Wakefield plantea lo siguiente: “Tradicionalmente los
servicios públicos tienden a focalizarse en los problemas y las
deficiencias de la comunidad con proyectos y proveedores tratando de
solventar problemas y dificultades. En el desarrollo de una nueva visión
de salud pública el foco necesita desplazarse desde un modelo de
déficits a un modelo de activos de salud”
Wakefield, salud positiva y el modelo de activos para la salud
“La identificación de activos y las metodologías que empleamos no
es sólo en realizar un mapeo de activos de la comunidad (aunque el
registro y la comprensión de estos sea importante). Identificar y mapear
activos es sólo una de las primeras fases del proceso que lleva a
conectar y movilizar estos activos“
Una vez planteado que era necesaria una reorientación en la forma de
trabajar en el ámbito local, el distrito de Wakefield hace una apuesta
fuerte por este modelo. Comienza un proceso de formación intenso,
conjunto, entre los diferentes agentes de salud del territorio y
apostando por la generación/potenciación del grupo colaborativo.
Formación conjunta, teniendo en cuenta que puede aportar cada sector en
el proyecto, poniendo un acento importante en procesos participativos y
desde una mirada de salud positiva con el modelo de activos para
la salud.
El resto del documento plantea la experiencia del distrito de Wakefield
en desarrollar un modelo de desarrollo comunitario desde la perspectiva
de los activos de y para la salud y las diferentes fases para el mismo.
Se describe el proceso de trabajo desde la metodología de activos
señalando las diferentes fases: desarrollo y planificación inicial del
proyecto, metodología e identificación de los activos de la comunidad,
análisis de los activos identificados, conexión de los activos,
dinamización y puesta en marcha de proyectos de intervención.
El documento es muy explicativo
en la descripción de dichas fases (identificación de las comunidades,
elección del tema, metodologías empleadas para identificar los activos,
modelo téorico empleado para el análisis y categorización de activos,
comparación entre los activos recogidos y los déficits identificados en
el JSNAs, dinamización y conexión de activos, etc…).
En resumen, una de las mejores lecturas de este año.
Los marcos teóricos de las metodologías de activos para el desarrollo
comunitario combinada con la experiencia práctica y real de trabajo en
una comunidad y con ejemplos muy claros de cómo trabajar en el ámbito
local, de forma intersectorial, desde la mirada de déficits y sobre todo
de las riquezas de una comunidad.
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