JAMA 2016; 315 (23): 2554-2563.
La administración de suplementos que suponen el aporte de fitoestrógenos se asociaron con reducciones modestas en la frecuencia de algunos síntomas.
El modo en el que en cada mujer se produce la transición a la menopausia y los síntomas asociados presenta una alta variabilidad pero la presencia de sofocos, sudores nocturnos y sequedad vaginal son algunas de la situaciones que se repiten con mayor frecuencia.
La terapia de reemplazo hormonal es una de las principales terapias disponibles para tratar de mitigar esta sintomatología, pero las potencialmente negativas consecuencias de este tratamiento sobre la salud cardiovascular y el cáncer de mama, hace que entre el 40 y el 50% de las mujeres que en los países occidentales buscan remedio a su situación opten por el uso de terapias alternativas, principalmente terapias a base de plantas.
Existe una amplia variedad de este tipo de tratamientos que se considera que pueden ser beneficiosos, entre los que se incluyen el uso oral de fitoestrógenos, como las isoflabonas que se pueden incorporar tomando extractos de soja o incluyendo un mayor consumo de soja en la dieta, u otros remedios a base de hierbas como el trébol rojo y el cohosh negro; y otras hierbas medicinales típicas de la medicina tradicional china.
A pesar de que la eficacia de estas terapias ha sido evaluada en múltiples ensayos, un gran número de ellos presentan limitaciones importantes en su diseño y ejecución, lo que, sumado a la amplia variedad de tratamientos a base de plantas que se utilizan, culmina en la obtención de una serie de resultados de difícil comparabilidad y baja calidad global de evidencia.
Considerando la importancia de poder disponer de una revisión cuantitativa actualizada e integral de los esfuerzos de investigación realizados en esta dirección, una revisión sistemática y meta-análisis trató de localizar y analizar los ensayos aleatorios de intervención más relevantes que hubiesen evaluado la asociación entre las terapias a base de plantas con los síntomas más representativos de la menopausia, en confrontación a ningún tratamiento o a placebo. Se consideraron exposiciones o intervenciones elegibles para su inclusión en la revisión las terapias con base biológica (como las isoflavonas de la soja, isoflavonas de trébol rojo y otros fitoestrógenos; cohosh negro; semillas de lino, hierba de San Juan, germen de trigo, y otras), y las basadas en hierbas medicinales, incluyendo hierbas medicinales chinas y otras hierbas como el novedoso extracto ERr 731 del ruibarbo o el Pycnogenol obtenido del pino. La calidad de los estudios fue valorada de forma independiente, y se utilizó la herramienta propuesta por la Colaboración Cochrane para la medición del riesgo de sesgo.
La búsqueda sistemática de trabajos de interés identificó más de 5.218 citas relevantes, de las que, tras revisar títulos y resúmenes, se seleccionaron 192 para la evaluación detallada de los textos completos. Finalmente 62 artículos cumplieron los criterios de inclusión y fueron incluidos; 52 de ellos sobre terapias con base biológica (36 en fitoestrógenos, 16 en el cohosh negro y otras terapias con base biológica) y 10 basados en hierbas medicinales.
Los resultados de la revisión sistemática y meta-análisis indican que algunas terapias a base de plantas sí se asociaron con reducciones, aunque modestas, en la frecuencia de los síntomas de la menopausia en las mujeres tratadas. La administración de suplementos compuestos de fitoestrógenos y las intervenciones con fitoestrogenos individuales, como las isoflavonas de soja en la dieta o en suplementos a base de soja, se asociaron con una mejoría en algunos de los síntomas de la menopausia, incluyendo reducciones modestas en los sofocos y la sequedad vaginal, pero ninguna reducción significativa de los sudores nocturnos. Algunas hierbas medicinales también se asociaron con mejoría de los síntomas, como es el caso de los suplementos a base de trebol rojo (una rica fuente de fitoestrógenos formononetina, biochanina A, daidzeína y genisteína), que se asoció con mejora de los sudores nocturnos, aunque no con la frecuencia de los sofocos; o de los más nuevos remedios naturales, ERR 731 (un extracto aislado de Rheum rhaponticum), y pycnogenol (extracto de corteza de pino), que presentaron asociación con la mejora en el número de sofocos en 24 horas, aunque con evidencia limitada que demanda mayor investigación. La plausibilidad biológica para estas asociaciones entre los fitoestrógenos y la mejoría de los síntomas puede buscarse en que los dos principales subtipos de fitoestrógenos, isoflavonas y lignanos, tienen una estructura química similar a la de estradiol (es decir, una forma de estrógeno) y, por lo tanto, también parecen tener propiedades similares a los estrógenos. Sin embargo, si este es el mecanismo de acción también podría estar asociada con efectos adversos como hiperplasia de endometrio. El cohosh negro, y en general las plantas medicinales presentes en la medicina china, como el dong quai, no mostraron ninguna asociación beneficiosa, por lo que no deberían ser recomendados para el tratamiento de los síntomas de la menopausia.
Por otro lado cabe destacar la falta de datos sobre los efectos adversos asociados con el uso a largo plazo de las terapias basadas en plantas. Debido a esto, a la calidad subóptima general de los trabajos analizados y a la naturaleza heterogénea de la evidencia actual, los autores concluyen que se necesitan más, y más rigurosos estudios para determinar la verdadera asociación de las terapias a base de plantas naturales con la salud en la menopausia.
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