https://rafabravo.blog/2021/03/20/primum-non-nocere/
Hace unos años el miembro distinguido de un grupo escéptico, de esos que pretenden que la ciencia tiene la solución de todos los problemas de este mundo, actuando como padremacarra monto un buen escandalo- redes sociales mediante- porque a su hijo le habían recetado homeopatía por una faringoamigdalitis. Tal fue el alboroto que hasta el propio servicio madrileño de salud mediante la pusilánime Gerencia de Atención Primaria se vio obligado a emitir un comunicado de tibia disculpa.
Lo curioso del caso es que el padre en su actuación chulesca dio por buena la actuación de otro médico que posteriormente y de manera inmediata le receto antibióticos. El problema se solucionó, sin más secuelas que la denuncia airada -vía twitter- del padremacarra por la prescripción a su querido infante de un producto homeopático.
Con todas las reservas que implica no haber asistido directamente el caso y sin poner en cuestión la conducta de los dos médicos, se puede decir de ambos tratamientos, fueron probablemente erróneos. Con los medios actuales en el servicio madrileño de salud, la conducta adecuada hubiera sido realizar en una prueba de diagnóstico rápido y en función de los resultados tratar con antibióticos o con tratamiento sintomático, nunca homeopatía.
Paradójicamente, en el caso de que ambos tratamientos hubieran sido erróneos (el homeopático seguro y el antibiótico probable), el más dañino, desde el punto de vista de efectos adversos, hubiera sido el antibiótico. Sorprendente pero sencillo, aunque algún otro macarra escéptico no logre entenderlo.
Este sencillo y anecdótico ejemplo es muy adecuado para explicar el significado de un argumento tan complejo como es el “Primun non nocere” medico, que con la pandemia COVID-19 ha saltado por los aires una vez más.
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