Un gran número de personas están siendo dadas de alta del hospital después de la COVID-19 sin una evaluación de su recuperación. En este estudio, de 384 pacientes (edad media 59,9 años; 62% hombres) seguidos una mediana de 54 días después del alta, el 53% informó de disnea persistente, el 34% de tos y el 69% de fatiga. El 14,6% tenía depresión. En aquellos dados de alta con biomarcadores elevados, el 30,1% y 9,5% presentaron niveles de dímero D y proteína C reactiva elevados de forma persistente, respectivamente. El 38% de las radiografías de tórax siguieron siendo anormales y el 9% se deterioró.
El seguimiento sistemático después de la hospitalización con COVID-19 puede caracterizar la carga de síntomas físicos y psicológicos, la trayectoria de los biomarcadores sanguíneos y de las imágenes, información que podría usarse para guiar la necesidad de rehabilitación y/o investigación adicional.
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