Algunos pacientes
con cáncer de próstata cuyas concentraciones de antígeno específico de la
próstata (AEP) aumentan después de una prostatectomía radical pueden morir por
causas no relacionadas con el cáncer de próstata antes que se les diagnostique
metástasis de un cáncer prostático, y por tanto el tratarlos de su recidiva
puede no ser útil, según un estudio publicado en Clinical Cancer Research, una revista de American Association for
Cancer Research.
«Estudios previos
han indicado que el intervalo de recidiva de AEP hasta la metástasis es muy
prolongado, de una mediana de más de ocho años, aún cuando no haya ningún
tratamiento de la recidiva», dijo Ruth Etzioni, PhD, miembro pleno de la
División de Ciencias de Salud Pública del Centro de Investigación de Cáncer
Fred Hutchinson en Seattle, Washington. «Dado que la mayoría de los pacientes
con cáncer de próstata son mayores, esperamos que muchos mueran por otras
causas entes de llegar al grado de sufrir metástasis».
«De una manera muy
parecida a los problemas con la detección de AEP y detección excesiva de cáncer
de próstata, la sobredetección de la recidiva después del tratamiento primario
plantea también algunos problemas. Hemos intentado cuantificar el riesgo
relacionado con la detección excesiva de la recidiva», dijo Etzioni.
Utilizando datos de
pacientes con cáncer de próstata de diferente fuentes, los autores crearon un
modelo de simulación que reveló que por lo menos 9,1 % y 15,6% de los pacientes
con cáncer de próstata cuyas concentraciones de AEP aumentan después de 5 años
y 10 años de tratamiento inicial, respectivamente, pueden no tener metástasis
en el curso de su vida, y por consiguiente se les sobredetecta recidiva. Entre
los mayores de 70 años, con una recidiva de AEP al cabo de 10 años del primer
diagnóstico, el modelo proyectó que por lo menos 31,4% eran objeto de
sobredetección.
«El tratamiento de
rescate para los pacientes con cáncer de próstata incluye radioterapia, que
tiene efectos secundarios como problemas intestinales y síntomas urinarios, y
hormonoterapia, que puede causar sofocos, fatiga, pérdida de la libido y a la
larga, se ha vinculado a osteoporosis, cardiopatía e incluso diabetes», dijo Etzioni.
«Nuestros hallazgos son compatibles con los estudios de tratamiento que
muestran que el tratamiento de rescate inmediato después de la detección de
concentraciones crecientes de AEP no es lo correcto para todos. Necesitamos
descubrir formas de determinar quién necesita tratamiento de rescate y cuando
administrarlo».
Etzioni y sus
colaboradores utilizaron datos de tres fuentes: datos de 441 pacientes con
cáncer de próstata tratados en la Universidad Johns Hopkins, datos de 4455
pacientes de la base de datos de Iniciativa para la Investigación Urológica
Estratégica en el Cáncer de Próstata y datos del registro Vigilancia,
Epidemiología y Resultados Finales (SEER).
Utilizando esta información, crearon un millón de pacientes virtuales
con diferentes características de edad y enfermedad y calcularon la fracción de
pacientes con recidiva de AEP en quienes el tiempo transcurrido desde la
recidiva de AEP hasta otra causa de muerte fue menor que el tiempo transcurrido
desde la recidiva de AEP hasta las metástasis cuando no se administró
tratamiento de rescate.
Fuente: Medical News Today
http://www.medicalnewstoday.com/releases/283876.php
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