Un estudio pone de manifiesto que la aplicación de un nuevo enfoque en el mantenimiento de las intervenciones posteriores al alta dirigidas a promover el abandono del tabaquismo iniciadas durante una estancia hospitalaria, permite mejorar las tasas de éxito
A
causa de la implantación generalizada en los países de nuestro entorno
de políticas de tolerancia cero en lo que respecta al consumo de tabaco
en instalaciones sanitarias, la estancia hospitalaria obliga a los
pacientes a abstenerse temporalmente de consumo de tabaco y supone una
buena oportunidad para el inicio de intervenciones destinadas a
abandonar el hábito tabáquico. Los estudios señalan, pero, que las
intervenciones iniciadas en este sentido desde el ámbito hospitalario
sólo son efectivas si los pacientes continúan los tratamientos una vez
abandonan el centro. Uno de los principales retos para los servicios
sanitarios es la identificación de cuáles podrían ser las estrategias
más efectivas para lograr sostener la deshabituación una vez los
pacientes reciben el alta.
Un grupo de trabajo del Hospital General de Massachusetts, Boston, abordó este tema y diseñaron una estrategia consistente en una intervención sostenida posterior al alta que incluía llamadas telefónicas interactivas automatizadas que promovían el abandono del consumo de tabaco, acceso gratuito a terapias farmacológicas y asesoramiento. El objetivo principal del estudio fue determinar si la aplicación de esta metodología permitía aumentar las tasas de éxito en la deshabituación frente a la atención estándar consistente en recomendaciones sobre las farmacoterapias disponibles y asesoramiento. De esta manera, 397 fumadores que iniciaron intervención antitabáquica durante su estancia en el hospital, fueron asignados, una vez obtuvieron el alta, de forma aleatoria a uno de los dos tratamientos. Y se les realizó un seguimiento (en el que se les tomaron muestras de saliva para detectar metabolitos de la nicotina) a los 7 días de abstinencia, y a los a los 6 meses.
Los resultados indicaron que los fumadores asignados al grupo de atención sostenida utilizaron más el asesoramiento y los tratamientos farmacológicos que los asignados a la atención estándar. Además la proporción de participantes que dejaron de fumar, con confirmación bioquímica, también fu superior en el grupo de la intervención sostenida (el 26 por ciento vs 15 por ciento, respectivamente). Puede considerarse pues, que intervenciones de este tipo pueden resultar de alto valor a un coste relativamente bajo.
Un grupo de trabajo del Hospital General de Massachusetts, Boston, abordó este tema y diseñaron una estrategia consistente en una intervención sostenida posterior al alta que incluía llamadas telefónicas interactivas automatizadas que promovían el abandono del consumo de tabaco, acceso gratuito a terapias farmacológicas y asesoramiento. El objetivo principal del estudio fue determinar si la aplicación de esta metodología permitía aumentar las tasas de éxito en la deshabituación frente a la atención estándar consistente en recomendaciones sobre las farmacoterapias disponibles y asesoramiento. De esta manera, 397 fumadores que iniciaron intervención antitabáquica durante su estancia en el hospital, fueron asignados, una vez obtuvieron el alta, de forma aleatoria a uno de los dos tratamientos. Y se les realizó un seguimiento (en el que se les tomaron muestras de saliva para detectar metabolitos de la nicotina) a los 7 días de abstinencia, y a los a los 6 meses.
Los resultados indicaron que los fumadores asignados al grupo de atención sostenida utilizaron más el asesoramiento y los tratamientos farmacológicos que los asignados a la atención estándar. Además la proporción de participantes que dejaron de fumar, con confirmación bioquímica, también fu superior en el grupo de la intervención sostenida (el 26 por ciento vs 15 por ciento, respectivamente). Puede considerarse pues, que intervenciones de este tipo pueden resultar de alto valor a un coste relativamente bajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario