viernes, 25 de enero de 2019

El Rincón de Sísifo. (Mis) 10 principios sobre el tratamiento de la DM2.

En el post de hoy os queremos dejar una declaración de principios sobre el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) que es fruto de mi experiencia con los enfermeros y médicos de familia que trabajan a diario con esta patología. No pretende erigirse en norma ni en guía, sino servir de recordatorio de algunas prácticas que -más allá del uso de los medicamentos- pueden beneficiar a los pacientes que sufren esta enfermedad. La declaración tampoco es nueva y, de hecho, algunos nos la habéis oído contar ya. Pero estaba pendiente dejarla aquí desde hace bastante tiempo y ahora, que hemos retomado este asunto, nos hemos puesto manos a la obra. Dice así…
1.- El tratamiento de elección de la DM2 es la modificación de los hábitos de vida Cualquier guía de DM2 recoge las bondades de modificar unos hábitos insanos (sedentarismo, tabaquismo, dieta inadecuada…) que están en el origen mismo de la enfermedad para, tras pasar de puntillas sobre este tema, ir directamente al tratamiento farmacológico. Si tenemos claro que este objetivo es irrenunciable intentaremos conseguirlo tantas veces como sea necesario.
2.- La vida comienza donde acaban los centros sanitarios  Tras salir de una consulta el paciente vuelve a enfrentarse a sus circunstancias, sus limitaciones, sus problemas, sus miedos… ¿Quién dijo que modificar los hábitos de vida sea tarea fácil?. No, no lo es. Dejar de fumar, integrar el ejercicio en la rutina diaria, reducir/eliminar el consumo de alcohol o cambiar nuestra forma de comer no es sencillo y requiere tiempo, conocimientos y, sobre todo, motivación. Pero no todo son barreras para el cambio…
3.- Un aliado: la atención longitudinal (propia de la atención primaria) Las consultas suelen ser breves. En ocasiones, demasiado breves. Pero cualquier contacto con el paciente a lo largo de las semanas, los meses, los años, puede utilizarse para precipitar el cambio. Aprovéchalo.
4.- Otro aliado: escucha al paciente (queja vs demanda) En ocasiones el paciente viene a la consulta a expresar su malestar por cualquier circunstancia (queja) y otras a pedir ayuda (demanda). ¿Sabes distinguir ambas situaciones? Cuando demanda tu ayuda es, probablemente, cuando más motivado esté para iniciar el cambio. Escúchalo y actúa.
5.- Otro más: la toma compartida de decisiones El paciente es el protagonista de su enfermedad. Deja que sea él quien, de acuerdo contigo, vaya tomando las decisiones de cómo y cuándo modificar los hábitos de vida. No resulta fácil. Dale tiempo y todas las oportunidades que necesite. Merece la pena.
6.- ¿Quién dijo prisa? (el diabético lo será toda su vida) Las guías suelen recomendar subir un escalón terapéutico si, tras 3-6 meses no se han conseguido los objetivos de control glucémico propuestos y haber reforzado la modificación de hábitos y comprobado la adherencia. ¿Realmente es necesaria tanta premura? A lo peor 6 meses son pocos para iniciar o consolidar cambios en hábitos que llevan años, décadas, acompañando al paciente. Salvo en casos extremos que hagan peligrar al paciente, la intensificación del tratamiento farmacológico es una opción secundaria que siempre estará a un click de distancia ¿De verdad es tan importante una triple terapia en un paciente que ignora su enfermedad y no está dispuesto a poner absolutamente nada de su parte para controlarla?
7.- No subas los escalones solo (el paciente, te necesita) El cumplimiento estricto de las guías hace que, en ocasiones, profesionales y pacientes estén en escalones terapéuticos bien distintos. Si esto ocurre, recuerda el riesgo que hay de que no se tome el tratamiento, no se lo tome como le hemos recomendado o, incluso, que desaparezca de la consulta.
8.- Si el paciente se queda atrás, vuelve a por él (si no, nada tendrá sentido) Llegados a este punto es mejor bajar los escalones necesarios o reiniciar el tratamiento tantas veces como haga falta ¿Qué utilidad tiene insulinizar a alguien que no se estaba tomando el tratamiento oral? Asesora, orienta y acompaña al paciente en todo el proceso. Huye del paternalismo, toma las decisiones con él y hazle saber que estás en todo momento para ayudarle aunque, en ocasiones, te lo ponga tan difícil.
9.- El paciente diabético es un todo, no una parte (huye del glucocentrismo) El control glucémico en la DM2 es importante. Pero lo es más que abandone el tabaco o tenga unas cifras de presión arterial y lípidos adecuadas, lo que está más relacionado con la modificación de hábitos de vida a la que nos referíamos antes que a la medicalización de la enfermedad. Recuerda que las pirulas no sustituyen unos hábitos saludables.
10.- El objetivo de la atención al diabético, es su salud, no sus cifras (y sé mínimamente disruptivo) El abordaje de la DM2 es un proceso complejo que te llevará años de duro trabajo con el paciente. Que los árboles no te impidan ver el bosque e intenta, en todo momento, que tu intervención deje la mínima huella posible en su día a día. Para ello cuentas -entre otras- con estas herramientas.
Llegamos al final por hoy, mientras recordamos las sabias palabras que se atribuyen a Tolstoi: Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de ellos. Somos del todo conscientes, aunque siempre queda la satisfacción de, al menos, intentarlo…

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