Según INFAC
En la práctica clínica, pacientes y profesionales sanitarios se enfrentancontinuamente a situaciones en las que deben tomar decisiones condiferentes grados de incertidumbre, ya sea en relación con procesosdiagnósticos o terapéuticos1,2. La toma de decisiones compartida (TDC) es un estilo de relación entre el profesional sanitario y el paciente que se puede aplicar a todo tipo deinteracción o de consulta, ya que siempre existen diferentes opciones, incluso la opción de no hacer nada. Esto es aplicable auna infección respiratoria aguda (tomar o no paracetamol, un AINE o incluso un antibiótico de forma diferida), a una enfermedad crónica (poner o no un fármaco, mejorar la dieta o el ejercicio o la propia adherencia al tratamiento) o a una actuación preventiva (pedir un PSA o una sangre oculta en heces). La participación del paciente en la toma de decisiones (PPTD) precisa un cambio en la forma tradicional de la atención sanitaria, pasando de un modelo paternalista a una relación más colaborativa, donde la opinión del paciente (y sus familiares) comporta ceder parte del control dela consulta, un trabajo de negociación continuado, y si nos atenemos respetar las decisiones del paciente, un claro ejercicio que le permita ejercer su autonomía, lo que constituye un imperativo ético1. La Ley 41/2002 de autonomía del paciente destaca «…el derecho del paciente a decidir libremente después de recibir la información adecuada entre las opciones clínicas disponibles», a la vez que señala «…la obligación del profesional a cumplir sus deberes de información respetando las decisiones de los pacientes adoptadas libre y voluntariamente por estos». Son varios los métodos que se han desarrollado y evaluado para involucrar al paciente y animarle a que asuma un papel másactivo en el cuidado de su salud. Organizaciones de salud europeas recomiendan estrategias sanitarias enfocadas a la alfabetización sanitaria, la toma de decisiones compartida y el autocuidado en pacientes crónicos3. En este boletín se trata de revisarla bibliografía sobre la TDC (ya que aún no existe consenso sobre lo que se entiende por decisiones compartidas y es un temasujeto a debate) y de hacer una introducción a las herramientas de ayuda.
Según Cochrane: Decision aids to help people who are facing health treatment or screening decisions
Cuestión revisada
Revisamos los efectos de los sistema de soporte a las decisiones en las personas que enfrentan tratamiento de salud o decisiones de detección. En esta actualización, agregamos 18 nuevos estudios con un total de 105.
Antecedentes
Tomar una decisión sobre el mejor tratamiento o la mejor opción de detección puede ser difícil. Las personas pueden usar ayudas para la decisión cuando hay más de una opción y ninguna es claramente mejor, o cuando las opciones tienen beneficios y daños que las personas valoran de manera diferente. Las ayudas para la toma de decisiones pueden ser folletos, videos o herramientas basadas en la web. Establecen la decisión, describen las opciones y ayudan a las personas a pensar sobre las opciones desde un punto de vista personal (por ejemplo, cuán importantes son los posibles beneficios y daños).
Características del estudio
En la investigación publicada hasta abril de 2015, hubo 105 estudios con 31,043 personas. Los sistema de soporte a las decisiones se centraron en 50 tipos de decisiones diferentes. Las decisiones comunes fueron sobre: cirugía, detección (por ejemplo, cáncer de próstata, cáncer de colon, prenatal), pruebas genéticas y tratamientos con medicamentos (por ejemplo, diabetes, fibrilación auricular). Las ayudas para la decisión se compararon con la atención habitual que puede haber incluido información general o no intervención. Entre los 105 estudios, 89 evaluaron una ayuda para la decisión del paciente utilizada por personas previamente a la visita con el médico, y 16 evaluaron su uso durante la visita con el médico.
Resultados clave con calidad de la evidencia.
Cuando las personas utilizan las ayudas a la decisión, mejoran su conocimiento de las opciones (evidencia de alta calidad) y se sienten mejor informados y más clarificados sobre lo que más les importa (evidencia de alta calidad). Probablemente tienen expectativas más precisas de los beneficios y daños de las opciones (evidencia de calidad moderada) y probablemente participan más en la toma de decisiones (evidencia de calidad moderada). Las personas que usan ayudas para la toma de decisiones pueden lograr decisiones que sean consistentes con sus valores informados (la evidencia no es tan sólida; más investigación podría cambiar los resultados). Las personas y sus médicos tenían más probabilidades de hablar sobre la decisión cuando usaban una ayuda para la decisión. Las ayudas a la decisión tienen un efecto variable en la opción elegida, dependiendo de la opción que se esté considerando. Las ayudas a la decisión no empeoran los resultados de salud, y las personas que los usan no están menos satisfechas. Se necesita más investigación para evaluar si las personas continúan con la opción que eligieron y también para evaluar qué impacto tienen las ayudas a la decisión en los sistemas de salud.
Conclusiones de los autores:
En comparación con la atención habitual en una amplia variedad de contextos de decisión, las personas expuestas a las ayudas a la decisión se sienten más informadas, mejor informadas y más clarificadas sobre sus valores, y probablemente tienen un papel más activo en la toma de decisiones y percepciones de riesgo más precisas. Existe una creciente evidencia de que las ayudas a la decisión pueden mejorar las opciones de valores congruentes. No hay efectos adversos en los resultados de salud o satisfacción. Lo nuevo en esta actualización es la evidencia que indica un mejor conocimiento y percepciones de riesgo precisas cuando se usan las ayudas a la decisión dentro o en preparación para la consulta. Se necesita más investigación sobre los efectos sobre la adherencia con la opción elegida, la rentabilidad y el uso con poblaciones de alfabetización más bajas.
PARA SABER MÁS
No hay comentarios:
Publicar un comentario