2º caso de un amigo anónimo
La simple gestión de crónicos
Desde que empezó la enfermedad grave y “crónica “de mi esposa, ya va
por el decimoquinto….ologo., a lo largo del proceso. Solo dos nos han
atendido dos veces.
Cada día es una sorpresa. ¡¡Sorpreeeeeesaaaa!!, ¿Quién te atenderá
hoy? Y tú solo te preguntas ¿en qué contradicciones incurrirá con el
decimocuarto o con el duodécimo? ¿Soportará, éste, la tensión de una
pregunta sobre mi pronóstico, sobre mi supervivencia, sobre mis reparos a
la agresividad de los tratamientos sin descomponerse, sin tambalearse y
sin ofenderse?
Hoy en día, ser por ejemplo especialista y profesional, son dos cosas
distintas, y ya desgraciadamente, lo único que le pides al sistema es
que el técnico sanitario, ya no profesional, sepa hacer bien su
trocito de procedimiento, que uno ya se apañará el resto, autodarse las
malas noticias, comérselas, readaptar su vida, su vivencia vital, crear
sus redes de apoyo, etc, dada la desprofesionalización de este oficio.
Este sistema nuestro es maravilloso, es como un parque de
atracciones. Cada día una caseta con un barraquero con sus propias
ideas, ofertas y servicios.
Es entretenido.
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