Uusi-Rasi K, Patil R, Karinkanta S, et al.
JAMA Intern Med. 2015 May; 175(5): 703-711.
Mayo 15, 2015
El
objetivo de este estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con
placebo, fue determinar la efectividad de un entrenamiento físico
dirigido y la suplementación con vitamina D para reducir las caídas y
las caídas con lesión entre mujeres mayores. Las participantes fueron
409 mujeres no institucionalizadas de 70 a 80 años de edad. Se formaron 4
grupos de estudio: placebo sin ejercicio, vitamina D (800 UI/día) sin
ejercicio, placebo y ejercicio y vitamina D y ejercicio. El criterio de
valoración principal fue la tasa de caídas mensual; además, se evaluó la
densidad ósea, la función física (fuerza muscular, equilibrio y
movilidad) y metabolismo de la vitamina D.
Los análisis por intención de tratar mostraron que ni la vitamina D ni el ejercicio redujeron las caídas. Las tasas de caídas por 100 personas-año fueron 118,2, 132,1, 120,7 y 113,1 en los grupos placebo sin ejercicio, vitamina D sin ejercicio, placebo y ejercicio y vitamina D y ejercicio, respectivamente; sin embargo, las tasas de caídas con lesiones fueron 13,2, 12,9, 6,5 y 5,0, respectivamente (hazard ratio 0,38; 95% IC 0,17-0,83 para ejercicio con vitamina D y HR 0,47; 95% IC 0,23-0,99 para ejercicio sin vitamina D). La vitamina D mantuvo la densidad mineral ósea en el cuello del fémur y aumentó la densidad trabecular, mientras que el ejercicio mejoró la fuerza muscular y el equilibrio. No hubo efectos de la vitamina D sobre la función física.
Por tanto, la tasa de caídas con lesiones se redujo a la mitad con un entrenamiento de fuerza y equilibrio en mujeres mayores, pero ni el ejercicio ni la vitamina D afectaron a la tasa de caídas. El ejercicio mejoró la función física.
Los análisis por intención de tratar mostraron que ni la vitamina D ni el ejercicio redujeron las caídas. Las tasas de caídas por 100 personas-año fueron 118,2, 132,1, 120,7 y 113,1 en los grupos placebo sin ejercicio, vitamina D sin ejercicio, placebo y ejercicio y vitamina D y ejercicio, respectivamente; sin embargo, las tasas de caídas con lesiones fueron 13,2, 12,9, 6,5 y 5,0, respectivamente (hazard ratio 0,38; 95% IC 0,17-0,83 para ejercicio con vitamina D y HR 0,47; 95% IC 0,23-0,99 para ejercicio sin vitamina D). La vitamina D mantuvo la densidad mineral ósea en el cuello del fémur y aumentó la densidad trabecular, mientras que el ejercicio mejoró la fuerza muscular y el equilibrio. No hubo efectos de la vitamina D sobre la función física.
Por tanto, la tasa de caídas con lesiones se redujo a la mitad con un entrenamiento de fuerza y equilibrio en mujeres mayores, pero ni el ejercicio ni la vitamina D afectaron a la tasa de caídas. El ejercicio mejoró la función física.
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