Lancet 2016; 387(10019): 679-690http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26608256
El tratamiento en humanos con este análogo de larga actividad del peptido-1 similar al glucagón fue seguro y bien tolerado, y dio lugar a la resolución histológica de la esteatohepatitis no alcohólica lo que justifica la realización de estudios más extensos y a más largo plazo con el agente.
La esteatohepatitis no alcohólica es la causa más común de afectación hepática crónica, con riesgo de morbilidad y mortalidad relacionada tanto con el mal funcionamiento del hígado, como con la enfermedad cardiovascular. No existen terapias con licencia para la esteatohepatitis no alcohólica y actualmente las modificaciones de estilo de vida son la base del tratamiento, pero en la práctica son pocos los pacientes que consiguen los objetivos de mantenimiento de la dieta y la pérdida de peso. Ensayos clínicos realizados sobre estos pacientes con pioglitazona, vitamina E, y ácido obeticólico han arrojado resultados que muestran mejoras en la histología hepática en comparación con el placebo, pero la preocupación acerca de los efectos secundarios y de seguridad a largo plazo, principalmente de la pioglitazona y la vitamina E, han hecho que el entusiasmo inicial con el que fueron acogidos se haya visto reducido. La fuerte asociación de la esteatohepatitis no alcohólica con el síndrome metabólico, particularmente obesidad y diabetes tipo 2, proporciona justificación para la investigación de terapias alternativas.
Liraglutida un análogo de acción larga del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), dispone de licencia para el control glucémico en pacientes con diabetes tipo 2 y sobrepeso. Liraglutida se ha demostrado que consigue una disminución de la concentración de hemoglobina glucosilada (HbA1c), mejora la presión arterial sistólica, y el funcionamiento de las células beta. Además también suprime el apetito, retrasa el vaciado gástrico, e induce la pérdida de peso, lo que hace que sea una posible opción terapéutica atractiva para los pacientes con esteatohepatitis no alcohólica.
En modelos murinos de enfermedad de hígado graso, la utilización de liraglutida ha obtenido buenos resultados en la reducción de la esteatosis hepática, las concentraciones de las enzimas hepáticas, y resistencia a la insulina. En humanos, la información que se puede hallar en la literatura disponible se limita únicamente a informes de de casos individuales y grandes estudios retrospectivos. Los resultados globales indican que liraglutida mejoró significativamente las concentraciones de enzimas hepáticas en una forma dependiente de dosis, con un perfil de seguridad comparable entre pacientes con y sin la bioquímica hepática alterada.
Un grupo de investigación ha dado a conocer ahora los resultados de un nuevo ensayo de fase 2, multicéntrico, controlado con placebo, aleatorizado, realizado en el Reino Unido, con la colaboración de cuatro centros médicos, con el objetivo de evaluar la eficacia y seguridad de la administración de inyecciones subcutáneas de liraglutida (1,8 mg al día) para el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica en pacientes con sobrepeso con y sin diabetes. Se tomó como medida de resultado primarios la resolución de la esteatohepatitis no alcohólica definida, sin empeoramiento en la fibrosis desde el inicio hasta el final del tratamiento de 48 semanas.
La resolución de la esteatohepatitis no alcohólica se observó en nueve (39%) de 23 paciente en el grupo de tratamiento. Liraglutida mejoró además varios componentes clave del síndrome metabólico, incluyendo el sobrepeso y el control de la glucemia, lo que no sólo supone beneficio para la esteatohepatitis no alcohólica en sí, sino que también es relevante para los riesgos futuros de enfermedad cardiovascular y muerte prematura, que acompañan a la condición.
La combinación observada de mejora histológica y síntomas del síndrome metabólico con liraglutida debe garantizar futuras investigaciones en estudios más amplios.
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