miércoles, 29 de octubre de 2014

Dermatología y más cosas. MENOPAUSIA


A esa hora en la que el sol nos recuerda que siempre hay una nueva oportunidad y Venus brilla aun con nitidez en el cielo, bajó las escaleras de su casa para tomar el mejor café del día. Todo estaba igual que siempre. La luz amarilla de una bombilla iluminaba la cocina.

Era la mañana de su 45 cumpleaños. Abrió el portátil… y aquél correo en el que le pedían que escribiera sobre la menopausia, le trajo a la cabeza la imagen del cuadro de Edvard Munch, “El Grito”…

Supuso que en cierto modo se trataba de una premonición. A veces tenía corazonadas. Aunque en aquel momento intentó no pensarlo así, ese ejercicio mental no bastó para detener la corriente que había empezado a engullirla… Estaba envejeciendo.

Si las predicciones eran correctas viviría hasta casi los 100 años… ¿Significaba esto que debía pasar la mitad de su vida asustada? Unas semanas antes se había descubierto a si misma comparándose con actrices famosas de su misma edad. Por un momento temió que aquel día marcase el inicio de un inexorable proceso de decadencia… ¿Era aquello una cuenta atrás?

Nunca lo había pensado así, pero ahora era consciente de su inevitabilidad… como si los hilos del destino la arrastrasen de repente hacia una situación nueva…

No estoy preparada…

En la sociedad occidental, envejecer se estaba convirtiendo en un estigma. ¿Por qué no podía ser algo enriquecedor? Una época de crecimiento… ¿Acaso no comenzamos a envejecer en el momento en que nacemos?

Un artículo que había leído recientemente, llegaba a la conclusión de que el cerebro de las personas entre 35 y 65 es mucho más elástico de lo que se creía. A esa edad, podemos establecer mejores conexiones neuronales. Recordó entonces que Churchill había sido primer ministro con 66 años y que algunos arquitectos habían realizado sus mejores obras a los 80…

Abrió un documento nuevo en el portátil y escribió: “El envejecimiento de la piel a partir de los 50. Menopausia.”

La cabeza empezó a darle vueltas…


…….....
Nacemos con un número determinado de foliculos en los ovarios. La menopausia llega en el momento en que estos se agotan y los ovarios dejan de funcionar. En la mayoría de las mujeres occidentales ocurre entorno a los 50 años (de los 35 a los 55). Y no es de un día para otro. Una paciente me comentaba en una ocasión que los ovarios son como una bombilla que antes de apagarse del todo “chisporrotea”.

La perimenopausia o climaterio puede comenzar varios años antes. Los ciclos se hacen irregulares y los niveles de estrógenos descienden. Se puede decir que durante el climaterio, los ovarios funcionan a medio gas.

Durante estos años previos a la menopausia, aparecen episodios de sudoración y calor, los famosos sofocos, problemas para dormir y alteraciones del estado de ánimo (depresión), además de cambios en la mucosa vulvovaginal que puede favorecer inflamaciones en la zona.

La esperanza de vida de las mujeres en España es de 85 años, así que vivimos casi un tercio de nuestra vida en la menopausia.

Las alteraciones hormonales dan lugar a cambios en casi todos los órganos de nuestro cuerpo… ( urogenitales, cardiovasculares, riesgo de fracturas por osteoporosis, etc), y por supuesto cambios en la piel.

MENOPAUSIA Y PIEL
El envejecimiento fisiológico se acelera durante la menopausia. Se enlentece la división celular, hay cambios degenerativos en el tejido conectivo, atrofia, disminución de la capacidad de reparación de los tejidos, etc. Aumenta de forma muy evidente la laxitud de la piel, sobre todo en mujeres que no están con tratamiento hormonal sustitutivo. Al haber menos colágeno, la piel es más fina, menos elástica. El 5 % del colágeno se pierde durante los primeros 5 años tras la menopausia.

La síntesis de proteínas, en particular la de colágeno y elastina, está parcialmente controlada por los estrógenos. Los bajos niveles de estrógeno hacen que haya una menor producción y reparación de colágeno y elastina en la dermis. Esta falta de reparación es muy importante cuando la piel se expone a la luz ultravioleta (UV). Los rayos UV son dañinos para el colágeno, y si perdemos nuestro mecanismo de reparación, entonces perdemos la elasticidad de nuestra piel.

El que haya menos andrógenos también produce cambios en la piel, a nivel de glándulas sebáceas, aparece acné climatérico, hidradenitis (acné en pliegues), rosácea. Disminuye el vello de axilas y pubis.

La piel de la zona urogenital es especialmente sensible a los cambios hormonales ya que es donde hay una mayor cantidad de receptores estrogénicos.

Los estrógenos estimulan los depósitos de grasa en el cuerpo de la mujer; durante la menopausia tiene lugar una redistribución de estos depósitos. Disminuye la grasa en zonas como cara, piernas, brazos y mamas, aumentando a nivel de abdomen, nalgas y muslos.

Los estrógenos también controlan el funcionamiento de los melanocitos que son las células encargadas del color de la piel. Durante la menopausia , el número de melanocitos disminuye, dejando la piel más desprotegida frente a las radiaciones UV. Al mismo tiempo estos melanocitos pierden el control sobre la producción de melanina y aparecen lentigos o manchas de la edad.

ALTERACIONES/ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS DEBIDAS A LA MENOPAUSIA
Mayor frecuencia de infecciones vulvovaginales debido a cambios en el ph y en el sistema inmune cutáneo.

Atrofia vulvovaginal que tiene un gran impacto sobre la calidad de vida. El epitelio más fino debido al descenso de estrógenos es también más irritable. Deben evitarse los jabones agresivos y usar emolientes y lubricantes si son necesarios. La atrofia desaparece en una a dos semanas con tratamiento hormonal sustitutivo. También pueden usarse estrógenos aplicados en la zona.

Otros problemas dermatológicos: candidiasis, infecciones por estreptococos, liquen plano erosivo (que hay que vigilar por la posibilidad de carcinoma epidermoide asociado a las ulceras de larga evolución), vulvitis de células plasmáticas, liquen escleroso y atrófico (que da lugar a un endurecimiento y engrosamiento progresivo de las estructuras genitales).

Es frecuente que las mujeres sufran vulvodinia durante la menopausia. Es una sensación de picor muy intenso o incluso dolor, sin una causa aparente y que les impide mantener relaciones con normalidad. Muchas veces es de origen neurológico. Para tratar este problema se usan los mismos fármacos que en otros dolores neuropáticos (antidepresivos como amitriptilina, anticonvulsivantes como carbamazepina o valproato sódico).

A nivel del pelo, la menopausia provoca aumento del vello facial y disminución del vello púbico y axilar debido a la acción de la testosterona. Aunque es algo fisiológico, si el aumento de vello facial es muy intenso, hay que descartar otras causas como tumores.

El pelo de la cabeza sufre miniaturización y la línea de implantación del cabello se retrasa con lo que las mujeres postmenopáusicas tienen alopecias similares a las del hombre y pueden presentar un tipo de alopecia que se conoce como Alopecia Frontal Fibrosante, cicatricial e irreversible y que puede afectar a las cejas.

Los sofocos son la sensación brusca de calor junto con sudoración profusa que puede acompañarse de palpitaciones y problemas para dormir… son típicos de la premenopausia. El enrojecimiento afecta no solo a la cara, sino también al cuello, tórax, abdomen… suelen desaparecer unos años después de la menopausia y no se conoce su causa.

La piel de las palmas de manos y las plantas de los pies se hacen más gruesas y con tendencia a formar grietas, sobre todo si hay exceso de peso.
La menopausia se asocia a menudo a inflamación de las encías y periodontitis que puede revertirse con tratamiento hormonal.

TERAPIA HORMONAL SUSTITUTIVA. ¿SI o NO?
El tratamiento hormonal sustitutivo puede mejorar algunas de las propiedades mecánicas de la piel y puede ralentizar el proceso de envejecimiento intrínseco. Aunque no tiene influencia sobre las otras formas de envejecimiento, como el provocado por el sol (fotoenvejecimiento), o el medioambiente (contaminación, tabaco, etc)

Está demostrado que tiene múltiples beneficios para prevenir la atrofia urogenital, los sofocos, la osteoporosis y los síntomas depresivos. A nivel de la piel también previene los cambios degenerativos, mejorando sus propiedades biofísicas.

Este tipo de tratamiento puede presentar efectos adversos como son posibles alteraciones de la respuesta inmune que favorece el desarrollo de enfermedades autoinmunes como Lupus.

Pero el decidir si recomendar o no estos tratamientos, es más complicado desde que se publicaron estudios que relacionaban la Terapia Hormonal Sustitutiva con un mayor riesgo de cáncer de mama. Estudios posteriores al 2002 han comprobado que esto sólo es así cuando se usa medroxiprogesterol y que si se usa 17-beta estradiol (en forma de parches de absorción transdermica) y noretindrona acetato ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, fracturas, etc, sin aumentar el de cáncer de mama.

……..


Poder disfrutar de una vida larga, ya sea a través de una serendípia genética, o gracias al estilo de vida que hemos llevado o por pura suerte, es un privilegio.

Woody Allen decía que él no tenía nada en contra de envejecer ya que nadie había encontrado una manera mejor de no morir joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario