Mortensen JK, Larsson H, Johnsen SP, Andersen G. Post stroke
use of selective serotonin reuptake inhibitors and clinical outcome
among patients with ischemic stroke. Stroke. 2013;44:420-6.
Objetivo. Valorar los resultados clínicos asociados con la prescripción y la toma de ISRS tras el padecimiento de un ictus isquémico.
Método. Estudio longitudinal de seguimiento de los
pacientes diagnosticados de ictus isquémico, entre 2003 y 2009, en las
bases nacionales de registros médicos daneses. Se identificaron un total
de 5.833 pacientes, procediéndose posteriormente a un emparejamiento de
cada uno de estos con otro paciente que sirviese como un adecuado
control sin toma de ISRS. Mediante hazard ratios (HR), se
analizaron los riesgos de infarto de miocardio, ictus recurrente,
hemorragias mayores y muerte asociados con la toma de ISRS.
Resultados principales. La media de edad de los
pacientes fue de 71,5 años. El 51,7% de ellos eran hombres, el 53,4%
hipertensos, el 20,5% fumadores y el 16,9% tenían fibrilación
ventricular. Durante el período de seguimiento (media de 1.159 días) el
2,9% de los pacientes con ictus isquémico y toma posterior de ISRS
presentaron un infarto de miocardio, el 8,1% un nuevo episodio de ictus,
el 20,2% una hemorragia grave, el 1,4% una hemorragia intracraneal y el
34,4% murieron. Comparados con los controles, estos porcentajes
significan que la toma de ISRS se asoció con unas HR ajustadas de 0,77
(IC 95%: 0,62-0,96) para la aparición de nuevo ictus isquémico o infarto
agudo de miocardio y de 1,33 (IC 95%: 1,14-1,55) para la aparición de
hemorragias graves. La toma de ISRS también se asoció con un incremento
del riesgo de muerte (HR: 1,13; IC 95%: 1,00-1,28) y un aumento no
significativo de hemorragia intracraneal (HR: 1,14; IC 95%: 0,62-2,12) y
de muerte por hemorragia intracraneal (HR: 1,89; IC 95%: 0,97-3,66).
Conclusiones. La toma de ISRS tras el sufrimiento de un ictus cerebral isquémico se asocia con un menor riesgo
de aparición de un nuevo ictus isquémico y de infarto de miocardio, pero con un mayor riesgo de hemorragias graves y de muerte.
Comentario
Tras un ictus, la depresión es muy común, estimándose que afecta al 40% de los pacientes durante el año posterior al ictus1.
Los ISRS, que comenzaron a utilizarse en la década de 1990, son los
antidepresivos más utilizados para tratar la depresión postictus, pero
desde hace años se conoce que el consumo de ISRS está relacionado con un
mayor riesgo de hemorragias en diferentes órganos2,3.
Este estudio sugiere que en pacientes con ictus cerebral isquémico la
toma de ISRS se asocia con un menor riesgo de episodios isquémicos
(infarto de miocardio y nuevos ictus isquémicos cerebrales) y con un
mayor peligro de hemorragias mayores, lo que conlleva un riesgo de
aumento de muerte que, clínicamente, resulta relevante (aunque el
intervalo inferior del límite de confianza incluye el 1; HR: 1,13; IC
95%: 1,00-1,28). Estos datos, por tanto, animan a la prudencia en el uso
razonable y juicioso de los ISRS, que no son fármacos inocuos, dado que
presentan potenciales riesgos que pueden superar sus beneficios.
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