Uno de los grandes avances de la medicina en el Siglo XX fue la
introducción de la terapia de rehidratación oral. Gracias a este simple y
barato tratamiento, la mortalidad por diarrea aguda prácticamente
desapareció en países de medio y algo ingreso. También se redujo la
mortalidad en los países de bajo ingreso, pero aún hay trabajo por
hacer. Este trabajo incluye el plan de la OMS para erradicar las muertes
por diarrea prevenibles en el año 2025 (WHO 2013). Ésa es la prioridad, pero otro paso importante es reducir las molestias de la enfermedad.
La diarrea aguda en niños es comúnmente causada por gastroenteritis
infecciosas. La etiología más frecuente sigue siendo el rotavirus
(aunque gracias a la vacuna también ha disminuido). Y como muchas
infecciones producen una intolerancia transitoria a la lactosa, suena
lógico evitarla por un tiempo.
Lógico, sí. ¿Pero práctico?
Los lactantes son los más afectados por la diarrea aguda, y la leche
(ya sea humana o de vaca) es un componente importante de su dieta.
¿Podemos quitar la lactosa? La respuesta es sí otra vez, pero surgen
muchas preguntas. ¿Suspendemos temporalmente la lactancia para evitar la
lactosa de la leche materna? ¿Cambiamos a una fórmula sin lactosa?
¿Diluimos la fórmula para reducir la concentración de lactosa?
Más importante, ¿vale la pena? ¿Qué tanto ayuda?
Una revisión Cochrane (MacGillivray 2013)
examinó el efecto de evitar la lactosa en niños menores de 5 años con
diarrea aguda. La revisión incluyó 33 ensayos clínicos (2,973 niños) y
concluyó que una dieta libre de lactosa reduce la duración de la diarrea
por 18 horas. También reduce las “fallas al tratamiento”, definidas en
la revisión como la descontinuación del tratamiento o retiro del estudio
o cambio en el manejo nutricional por empeoramiento de la diarrea o
vómito.
Hay algunos pormenores de la revisión. La mayoría de los estudios
fueron realizados en los 80’s y 90’s, cuando no había vacuna de
rotavirus. En ese entonces, los estudios clínicos no seguían guías
estrictas para sus reportes, así que la calidad de la evidencia varía de
moderada a muy baja. Además, ningún estudio se realizó en países de
bajo ingreso. Y la mayoría excluía niños con lactancia exclusiva o no
tenía información acerca de la lactancia.
Diluir fórmulas que contienen lactosa no parece beneficiar. Y ninguna
de las opciones terapéuticas tuvo un efecto significativo en la
necesidad de hospitalizar, la duración de estancia hospitalaria, o el
volumen de las deposiciones.
Entonces, ¿qué hacemos?
Casi un día de reducción de la diarrea probablemente suena bien a
cualquier mamá o papá. Sin embargo, sólo podemos aplicar los hallazgos
de la revisión a niños que son alimentados principalmente con fórmula y
que viven en países de medio o alto ingreso. El enfoque del tratamiento
debe seguir siendo la hidratación oral. Evitar la lactosa, así como
otros tratamientos suplementarios como probióticos o zinc pueden
considerarse en algunos casos.
Traducción de la entrada publicada en el blog del Ámbito Pediátrico de Cochrane.
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