En pacientes con enfermedad de Alzheimer, el citalopram puede reducir la
agitación pero se asocia a efectos adversos cognitivos y cardíacos,
según los resultados de un ensayo clínico reciente (JAMA 2014;311:682-91).
Ciento ochenta y seis pacientes con probable enfermedad de Alzheimer y
agitación fueron aleatorizados a recibir citalopram (hasta una dosis de
30 mg al día) o bien placebo. Ambos grupos también recibieron una
intervención psicosocial. A las 9 semanas, se observaron mejorías en las
escalas de agitación en el grupo tratado con citalopram y una reducción
del estrés del cuidador, en comparación con el grupo placebo. Sin
embargo, los pacientes tratados con citalopram presentaron más deterioro
cognitivo y más incremento del intervalo QT. Dados estos efectos
adversos, los autores consideran que en general no se puede recomendar
el citalopram a esta dosis como un tratamiento alternativo.
Como se concluye en el editorial acompañante, hay que priorizar las
medidas no farmacológicas y evaluar de manera cuidadosa la relación
beneficio-riesgo del tratamiento farmacológico para ayudar a optimizar
el grado de funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes con
demencia (JAMA 2014;311:677-8).
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