Documento de Consenso sobre el tratamiento de la diabetes tipo 2 en el paciente con enfermedad renal crónica
Acaba de salir publicado el Documento de Consenso sobre el tratamiento
de la diabetes tipo 2 en el paciente con enfermedad renal crónica,
realizado por representantes de las principales sociedades relacionadas
con estas patologías. Así estuvo representada la Sociedad Española de
Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), el
Grupo Español de Estudio de la Nefropatía Diabética (GEENDIAB), la Red
de Investigación Renal (REDinREN), la Sociedad Española de Diabetes
(SED), y por último y por nuestra presidenta la Dr Sara Artola, la Red de Grupos de Estudio de la Diabetes en Atención Primaria (redGDPS),.
La enfermedad renal crónica (ERC) es una complicación habitual en la
evolución de la diabetes (DM) en general y en la diabetes tipo 2 (DM2)
en particular. Según señalan, el estudio Epidemiología de la
Insuficiencia Renal Crónica en España –EPIRCE– encontró que alrededor
del 10 % de la población padecería este trastorno. Por otro lado, se ha
estimado que el 27,9% de los individuos con DM2 en nuestro país tendrían
algún grado de ERC y que entre el 27-43% de los DM2 de nuestro entorno
tendrían microalbuminuria. Una situación que les haría especialmente
propensos a presentar insuficiencia renal crónica (IRC) con el tiempo (7
años de media). De la misma forma, el 22% de los individuos con DM2 en
nuestro país presentarían una disminución del filtrado glomerular (FG)
por debajo de 60 ml/min/1,73 m2. Todo ello haría de alguna manera a la
DM2 responsable del 24,7% del tratamiento sustitutivo renal en España.
Además, el binomio DM2-ERC es causa de morbimortalidad cardiovascular en
quien lo padece, pues tanto la microalbuminuria como el FG inferior a
60 ml/min/1,73 m2 son considerados como un factor de riesgo
cardiovascular (FRCV) y de lesión subclínica de los órganos diana, por
diferentes organismos internacionales (JNC…). Y recientemente, se ha
considerado a la ERC como un equivalente coronario por las Guías Europeas.
En este documento, dado que la prevalencia de ERC oculta o no diagnosticada es muy elevada, recomienda determinar anualmente en todos los DM2 la función renal, con la estimación de la FG y la albuminuria.
Para ello se recomienda la utilización del FG mediante la fórmula del
Chronic Kidney Disease Epidemiology –CKDEPI–. En este sentido, según la
GPC de la Kidney Disease Global Outcomes (KDIGO) la ERC se definiría
como el mantenimiento al menos 3 meses de un 60 ml/min/1,73 m2 y/o de
lesiones renales estructurales (alteraciones histológicas) o funcionales
(albuminuria, las pruebas de imagen…) que pudieran ser causa de un
disminución del FG. La clasificación de la ERC se basa, siguiendo la actual revisión de la KDIGO, según los estadios de FG y de albumuria.
En los DM2 con ERC el tratamiento de la HTA permite reducir la PA,
prevenir las complicaciones cardiovasculares y prevenir o retrasar la
progresión de la ERC. Recomendando por ello límites de PA inferiores 140/90 mmHg, sea estos DM2 o no,
siguiendo las recomendaciones de la última Guía Europea sobre
Hipertensión Arterial. Siendo este umbral más flexible en personas
mayores (140-150 mmHg).
Al considerarse la ERC como equivalente coronario, obvia la
utilización de tablas de riesgo y hace necesario un objetivos de c-LDL
inferior a 70 mg/dl o reducir el valor de LDL-c el 50 % si el objetivo
previo es inalcanzable. El fármaco de elección sería la estatina,
aunque proponen si es preciso, su asociación con ezetimiba (un estudio
al respecto). En estos casos la dosis de simvastatina y de pravastatina
debe reducirse si la FG inferior 30 ml/min, no así con la atorvastatina
y fluvastatina, dado su poca eliminación renal. Señalan, tener
precaución con la pitavastatina.
En cuanto a los antiagregantes, la KDIGO aconseja la utilización de
estos fármacos si el riesgo de sangrado no supera el beneficio en la
prevención macrovascular. Algo complicado pues el DM2 con ERC tienen
mayor riesgo de sangrado, por ello es prioritario mantener la PA
controlada.
En el tratamiento de la hiperglucemia en los DM2 con ERC, la HbA1c, a
pesar de sus limitaciones (factores como la uremia, la anemia, las
transfusiones, la eritropoyetina, interfiere en su determinación), sería
el parámetro de referencia para el control metabólico.
El individuo con DM2 y ERC tiene mayor riesgo a la hipoglucemia por la
excreción renal de la mayoría de fármacos hipoglucemiantes. El
tratamiento intensivo aumenta el riesgo de hipoglucemia grave en estos
pacientes, por todo ello, en estas personas hay si cabe mayor necesidad
de individualizar los objetivos de la HbA1c. Si bien es cierto que
dada la falta de evidencias no existe una estratificación de objetivos
de HbA1c según la FG o el aclaramiento de creatinina. Con todo en la DM2
de corta evolución sin comorbilidad, con escaso riesgo de hipoglucemia y
larga esperanza de vida el objetivo que se propone se encontraría entre
6,5-7%. Con todos estos factores en sentido inverso la HbA1c se
recomienda entre 7,5-8%. Y en los ancianos frágiles al 8,5%.
Se repasan para ello todos los fármacos hipoglucemiantes comercializados
en nuestro país, dando unas pautas para su utilización en el DM2 que
tiene a su vez ERC.
Se trata por tanto de un consenso, de una declaración sin metodología de
GPC, que aborda de forma clara y concisa lo necesario para el manejo de
estas personas. Un buen documento para utilizar y conservar.
Gómez-Huelgas R1,
Martínez-Castelao A2, Artola S3, Górriz JL2, Menéndez E4; en nombre del
Grupo de Trabajo para el Documento de Consenso sobre el tratamiento de
la diabetes tipo 2 en el paciente con enfermedad renal crónica.
Treatment of type 2 diabetes mellitus in patients with chronic kidney
disease. [Article in Spanish]. Med Clin (Barc). 2014 Jan
21;142(2):85.e1-85.e10. doi: 10.1016/j.medcli.2013.10.011. Epub 2013 Nov
21.
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