El tema de la sobrecarga asistencia es
algo que preocupa a los médicos de familia (MF). Uno de los mecanismos
que se ha propuesto para descongestionar la consulta es que consultas
simples que no exijan unos conocimientos clínico-terapéuticos
importantes podrían ser realizadas por personal de enfermería. Esto, de
alguna manera ya se hace desde el principio de la reforma de atención
primaria (RAP) con las consultas de seguimiento de enfermos crónicos
(diabéticos, hipertensos…) y en algunos lugares este personal es capaz
de solucionar demandas agudas no complicadas, del tipo resfriados,
infecciones de orinal, esguinces…El traspaso de roles asistenciales ha
llevado a que se haya propuesto que la enfermera pueda prescribir
ciertos fármacos, apósitos etc, o que este/a tenga una consulta
diferenciada del MF donde pueda atender tanto unos procesos como otros.
Esto se ha demostrado que aumenta la coste efectividad, y se ha sugerido
que incrementa la calidad de la atención.
Este tema no es solo español, y como
vemos en este artículo que comentamos, afecta a sistemas parejos al
nuestro (el danés, en este caso) en los que se ha sugerido la
sustitución, más que la complementariedad del MF, por enfermeras para
ciertos procesos.
El estudio aborda el tema desde ambos lados, ¿cúal es la preferencia del médico y del enfermo?. ¿Podría atender personal de enfermería procesos que hasta ese momento llevaba el MF en exclusividad?
Se trata de los datos proporcionados por la encuesta danesa ‘Survey of Reasons for Encounter and Disease Patterns in General Practice’ (KOS 2008),
una macro-encuesta hecha sobre los contactos a los CS por los pacientes
en la región central de Dinamarca (1,2 millones de personas, 20% de la
población de Dinamarca). Se invitaron para ello a 871 MF a participar,
de los que 404 (46.6%) aceptaron. De estos se registró el tiempo en
ejercicio, el género, tipo de práctica (solo o en equipo-grupo) y el
número de enfermeras con las que trabajaban. Durante 12 meses (2008-9)
los MF registraron los contactos de sus pacientes en fechas aleatorias,
en las que se cumplimentó un formulario-encuesta ad hoc. Se incluían
preguntas del tipo, ¿podría haber hecho estas consultas con la enfermera
en vez que con el MF?
El resultado de la encuesta
muestra que la posibilidad de sustitución por enfermería solo la ven
viable el 14.8% de los MF y el 11.7% de los pacientes. Entre estos solo
en el 3.5% de las ocasiones ambos estarían de acuerdo (Kappa = 0,164).
En cuanto a las visitas de seguimiento,
como era de esperar, fue más factible por parte del médico que por el
paciente, pues en este lo importante era contactar con el mismo
profesional, en este caso el MF. En cuanto a las visitas en pacientes
crónicos tanto los MF como los pacientes no estuvieron de acuerdo con la
sustitución por enfermería.
Según las características del paciente,
ser varón y joven se asoció con más frecuencia con la sustitución del
profesional que el hecho de ser mujer y de mayor edad. Así mismo, como
era de esperar, en aquellos que opinaban como muy importante ver a su MF
la posibilidad de sustitución por enfermería era menos probable. Para
los MF la mayor edad del paciente se asociaba con mayor posibilidad de
sustitución. Concluyen que tanto para el MF como para el paciente la
atención por la enfermera en procesos llevados por el MF se contemplaba
como una posibilidad pequeña (1 de cada 10 consultas), aunque el acuerdo
entre ambos no siempre fuera posible. Para los MF tanto las visitas de
seguimiento como aquellas realizadas a pacientes mayores eran más
propensas a la atención por enfermería.
Hay que decir que se trata de un sistema sanitario distinto al español. Pero, en
general el paciente quiere ser atendido por el mismo profesional (sea
médico o enfermera) y vive mal los cambios, aunque sean para mejorar.
Nuestro sistema público con personal
funcionarial y con pago por salario en donde el componente capitativo es
escaso hace que el paciente esté a la orden de la organización y que su
opinión influya poco. El tipo de retribucción influye en la relación
con el paciente y el tipo de vínculo creado con el MF. Mayor influencia
en el pago por acto médico y por capitación y menos en el cobro por
salario. Tal vez por ello nuestros pacientes sean atendidos por médicos
residentes y por personal de enfermería sin que se les pida su parecer y
habitualmente asientan sin rechistar. No sé qué ocurriría, sin embargo,
si se les pidiera su opinión.
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